Viernes, 19 de abril de 2024


Columna: Columna Invitada

“El campo que México ha olvidado”

Sábado, 07 Octubre 2017
  • Por:  Oscar Lara/Quántico

 

Cerca de 145 millones de hectáreas, son dedicadas actualmente a la actividad agrícola en México, lo que representa el 13 por ciento del total de territorio nacional.  Sin embargo, el campo en nuestro país es una de las actividades económicas que ha venido en decremento en las últimas décadas, a pesar de la importancia económica, social y cultural que representa.

El campo mexicano está siendo abandonado.

Y no me refiero únicamente al abandono de productores y campesinos que dejan sus  tierras y cambian de actividad económica para sobrevivir, y es que actualmente solo 4 por cierto de la población en la república, se dedica a actividades relacionadas con el campo; ocasionando la insuficiencia para satisfacer las demandas alimentarias del país, derivando en importaciones de productos que México puede producir.

El abandono se está dando también desde las altas esferas del gobierno, empezando con  las reducciones que el gobierno federal ha hecho al presupuesto destinado para incentivar al campo mexicano. De acuerdo a los informes de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), este 2017 se destinó 16.7 por ciento menos recurso que el año pasado, es decir, 14 mil 230 millones de pesos menos.

¡Las cifras resultan preocupantes!

La globalización ha llevado al aceleramiento de las nuevas tecnologías y a un mercado agrícola muy competitivo,  y ante la falta de capital para invertir, muchos productores se han quedado en el rezago.

El campo requiere inversión inmediata.

Hoy por hoy resulta preponderante generar políticas públicas que beneficien al ramo agroalimentario, capitalizando el potencial que tiene México como productor. Se necesita invertir en infraestructura, en investigación y nuevas tecnologías, se requiere impulsar a quienes por años han sido la base de las civilizaciones.

Un país que busca el crecimiento económico y la reducción de la pobreza, no puede dejar de lado al sector agropecuario.

Como empresario agrícola quiero un gobierno que se preocupe por el campo, que apueste por éste, y, sobretodo, que tenga una estrategia definida y viable para llevarlo a la modernidad justa y sostenible. 

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