"En México la alternativa al cambio no puede ser el populismo", aseveraba tajante Ricardo Anaya en julio del 2016. El líder del Partido Acción Nacional ha afirmado en numerosas ocasiones que el combate a la pobreza a través de acciones populistas, solo generaría más pobreza y graves problemas económicos para la nación.
Sin embargo, de manera reciente, Anaya presentó una de las propuestas estrella del Frente Ciudadano por México, la Renta Básica Universal, que otorgaría un ingreso a todos los mexicanos sólo por el hecho de ser mexicanos.
La primera impresión para muchos fue "oh, mira, hasta que el gobierno nos dará algo de lo mucho que nos quita", sin embargo, esta medida netamente populista, no es más que un intento desesperado por atrapar al electorado con una propuesta que resulta inviable para la economía del país.
Naciones con economías desarrolladas y consolidadas como Estados Unidos, han considerado la Renta Básica Universal en alguna etapa de su historia, desistiendo de ella por las graves implicaciones para la nación. Para poder sostener este apoyo tendría que privarse al ciudadano de cualquier otro beneficio social que el Estado pudiera ofrecer, incluyendo la seguridad social, pues sería insostenible mantener los programas sociales vigentes y la Renta básica, además, llevaría a la economía nacional al déficit público, inflación y endeudamiento, situaciones que el mismo Anaya duramente ha juzgado.
Hoy Ricardo Anaya es víctima de sus dichos y a nadie convence con su actitud hipócrita redentora pretendiendo ofrecer un beneficio que el mismo sabe no es posible. Pretende lucrar con la necesidad de millones de mexicanos, sin ofrecer garantías o un plan claro de acción. ¡Eso no se vale!
La Renta Básica Universal tampoco incentiva el empleo ni emprendedurismo, en su lugar fomenta el ocio y conformismo.
Lawrence H. Summers, uno de los asesores económicos de Obama, asegura que “La renta básica universal es una de esas ideas a las que, mientras más vueltas se le da, menos entusiasmo te provoca”.
El líder panista ha sido muy severo al juzgar a Andrés Manuel López Obrador, tachándolo de populista, cuando el verdadero populista es él y su Frente. A diferencia, Lopez Obrador ha desarrollado junto con un equipo de especialistas y destacados mexicanos, un Proyecto de Nación basado en una ejecución austera, responsable y realista del gasto público. Un proyecto en el cual primero se buscan los recursos y luego se distribuyen.
No nos dejemos engañar, es preciso para México, un proyecto bien integrado, analizado y viable. Se necesita más que solo medidas populistas fresas para llevar a nuestro país al desarrollo que tanto se espera.