Jueves, 25 de abril de 2024


Columna: Columna Invitada

“El voto en los tiempos del cólera electoral”

Jueves, 20 Mayo 2021
  • Por:  alejandro hernández López/ Arte y Mester

Lo que hoy conocemos es la suma de los pensamientos de unos con otros. Así nos formamos una idea del tiempo, entendemos una manera de ver el mundo, así tenemos noción de pasado, presente y futuro. Así pensamos que vivimos en un tiempo común, queremos recordar un pasado común, vivir un presente común y tratamos de imaginar el futuro en común. Así es cómo interpretamos nuestra realidad cercana. 

La estupidez y la complejidad de los seres humanos siguen siendo ingredientes para aventar a la discusión lo falaz que resulta o lo posible que puede ser vender agua destilada por medicina, hemos rebasado el grado que nos acercaba a ser una caricatura y muy pronto nos deshicimos de la responsabilidad de nuestro pasado, como en un juego de espejos fuimos transportados a la otra orilla. 

El poder y el trabajo. El estresante reciente anuncio al retorno a clases, a los desafíos de nuevos retos, el nuevo medio urbano y dónde tirar mí cubre-bocas, la frialdad de la vida moderna, los nuevos y flamantes comportamientos y la falta de sensibilidad para haber adquirido los mínimos hábitos de higiene en trece meses, no cabe duda, hay cosas difíciles de captar por el ojo, hay cambios sorpresivos, depurados. 

A ratos parece que todo ocurre simultáneamente y no nos damos cuenta de tan inmersos que estamos en todo y en nada. Nuestra vida nos está quedando ajena. Nadie quiere ver la realidad de lo que el viento se llevó porque somos unas crédulas víctimas habitando un lugar donde el sol siempre está de vacaciones para nosotros... 

Hace trece meses marchamos obedientes a casa y, entonces, muchos miramos mucha televisión, más de lo acostumbrado, lo volvimos motivo de profunda curiosidad. Como nunca nos vimos a la cara y convivimos más de todo y con todos en casa, creció la violencia y la pobreza en todos los sentidos, la pobreza humana salió a flote y se acabó una gran parte de los empleos y ahora no sabes que somos otros. 

Quizá también con Andrés como con Felipe todo ocurre simultáneamente pero no nos damos cuenta. En realidad atiborrados como estamos de información de verdad que ni cuenta nos damos de nada, sólo obedecimos/obedecemos. Aún nos domina la oligarquía.   

Y de pronto nuestro pensamiento da maromas, nuestros sentidos tienen vértigo, las calles ahora muestran SATINIZADAS propagandas políticas compuestas de agrupaciones humanas agitando SANAS banderas políticas. Ahora andan todos en la calle, pidiendo lo mismo en un tiempo que sabemos sólo pertenece a ellos aunque nos digan que tenemos un futuro en común. Les urge el voto, ahora nos dicen que no hay nada seguro que el voto: SAL Y VOTA.

Ya basta: Siempre el político y siempre nosotros, nosotros cada vez más relegados económicamente mientras los privilegios del político suben estratosféricamente. Será cierta la versión: “El político de las calles -en tiempo electoral- parece incapaz de conquistar a nadie por eso ahora estila traer títeres”. 

En Veracruz como en muchas regiones del país, su vehemencia partidista ha sido la muestra -sin asomo de duda- que los NO POLÍTICOS, que no títeres que ingresan a la política, lo hacen solamente por una de estas razones: por ambición de poder, por dinero, o por resentimiento.

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