Jueves, 28 de marzo de 2024


Columna: Columna Invitada

El voto útil, el inútil… y el oportunista

Lunes, 31 Mayo 2021
  • Por:  Adrián Rueda/Capital político

A sólo una semana de las elecciones intermedias más importantes de la historia, por lo que está en juego, se siguen produciendo declinaciones de candidatos de un partido hacia otro, bajo el pretexto de ejercer el voto útil, ya sea a favor o en contra de la llamada 4T. A nadie sorprenden las declinaciones, pues son práctica común en los procesos electorales, lo que sorprende es la cantidad de ellas. No hay día en que no se anuncie la adhesión de alguien al proyecto del adversario.

No es que esté mal apostar por un proyecto distinto al que se encabeza, cuando las posibilidades de ganar son pocas. Es mejor apoyar a alguien con propuestas afines o, cuando menos, parecidas, para que pueda vencer a quien representa un proyecto opuesto. Lo malo de estas declinaciones es que la mayoría la hacen aspirantes de pequeños partidos que no tienen la menor oportunidad ni siquiera de conservar el registro. Más que sumar apoyos a sus nuevos aliados, se van con ellos a cambio de dinero o de promesas de trabajo.

Es muy fácil comprar a un rival de un partido pequeño o de reciente creación, por la sencilla razón de que no son ni siquiera militantes. No hay ningún compromiso ideológico con quienes les ofrecieron la candidatura.

Todo el mundo fue testigo de cómo la chiquillada casi ponía anuncios en los clasificados para conseguir candidatos, pues no podían ni siquiera completar los que se requerían para la elección. Incluso algunos de los nuevos partidos vendían candidaturas a políticos de otros partidos.

Aquí en la capital ha sido todo un show la compra de candidatos, que más que aportar votos a quienes los adquieren, buscan crear un efecto mediático y tratar de generar la recepción entre los votantes de que el candidato al que se unen tiene más posibilidades de ganar. También están, por supuesto, las declinaciones que sí aportan votos, apoyos o dinero, pero, desde luego, a cambio de posiciones de poder o de futuros negocios. Ésos son los llamados chapulines, que no tienen ningún problema en cambiar de piel si les llegan al precio.

Es el clásico oportunismo político.

Y aunque son los menos, desde luego también hay gente auténtica que prefiere sacrificar sus aspiraciones personales por una causa que consideran democrática. Pero, desgraciadamente, son muy pocos. En realidad, el único partido que podría aportar un voto útil a la alianza PAN, PRI y PRD sería el Movimiento Ciudadano, que con su estrategia de situarse entre los buenos y los malos; los fifís y los chairos; los conservadores y neoliberales, ha hecho una buena ronchita.

Los naranjas sí podrían ser factor de decisión importante en las elecciones del próximo domingo en favor o en contra de cualquier opción, pero tiene un proyecto propio que apunta hacia 2024 y por ningún motivo renunciarían a él.

Ellos se podrían llevar los votos que en determinado momento necesitaría la alianza opositora, y hasta se podrían hacer de un par de gubernaturas. Paradójicamente, el relativo éxito del MC es benéfico para Morena. 

CENTAVITOS

Mientras tanto, ayer comenzaron los cierres de campaña en la capital del país, y dos llamaron la atención: el del aliancista Giovani Gutiérrez, en Coyoacán, donde estuvo la plana mayor del PRD nacional y local, personalizados por Jesús Zambrano y Nora Arias, además del panista Andrés Atayde. El otro fue el del también aliancista Mauricio Tabe, en Miguel Hidalgo, donde anduvo la exprimera dama Margarita Zavala, quien busca ser diputada federal por el Distrito 10 de la Ciudad de México. Varios ya empiezan a comerse las uñas.

 

 

 
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