Viernes, 19 de abril de 2024


Columna: Columna Invitada

Votar contra AMLO será votar por México

Jueves, 03 Junio 2021
  • Por:  Sergio Negrete Cárdenas

El voto democrático entrega el poder, lo quita, expande o acota. El 6 de junio es hora de acotar a un demagogo patentemente inepto en el ejercicio del poder. Los sufragios dan legitimidad para gobernar, no capacidad o inteligencia, ni tampoco otorgan credenciales democráticas. Andrés Manuel López Obrador ha demostrado lo que por años se dijo sobre su persona: es un peligro para México.

Un peligro sobre todo para aquellos a los que más juró proteger y ayudar: los que menos tienen. De los millones de pobres que se fiaron de sus palabras, de esa falsa imagen de sencillez, honestidad y austeridad, y que votaron por “la Morena”. A nadie ha traicionado AMLO más, dejándolos sin medicinas, comedores comunitarios, estancias infantiles o albergues contra la violencia. Por sus acciones han muerto sus hijos de cáncer y han perdido empleos, ingresos y bienestar.

El que hasta hoy se jura honesto, preside una administración que desborda porquería. El que presume de incorruptible se molesta cuando alguna de las muchas raterías de sus parientes, amigos y colaboradores sale a la luz. Los dineros de la nación no solo son mal manejados, sino miles de millones entregados vía contratos en adjudicaciones directas. Por supuesto que al Presidente le molesta la transparencia y quiere terminar con ella, es una de las pocas luces que exhibe su administración como la cueva de ladrones que es.

López Obrador no sería el primer jefe de gobierno que se erige en dictador, el lobo con piel de oveja democrática. En ello es irrelevante la ideología política, los tiranos son de izquierda o derecha. Adolfo Hitler, Hugo Chávez, Daniel Ortega y AMLO están cortados por esa misma tijera: pidieron el voto buscando ejercer el poder en forma absoluta, y les estorban los contrapesos institucionales y mecanismos de control.

Una Cámara de Diputados con mayoría opositora podrá frenar los peores excesos del aprendiz de dictador, empezando con su manejo discrecional de los dineros de la nación. Deer Park es la acción más reciente de la forma en que el tabasqueño tira el dinero de los contribuyentes en sus obsesiones personales.

No importa perder dinero a carretadas, pero que se importe menos gasolina, mientras que el sistema de salud se colapsa y la infraestructura se desmorona, incluyendo la del Metro en CDMX. Un par de docenas de muertos más, entre muchos, por la corrupción. Nadie ha renunciado, ni mucho menos ha sido detenido, porque la impunidad es parte del sello obradorista. Los muertos no votan, pero millones de vivos sí lo harán en pocos días. Se requiere una Cámara de Diputados que sea freno y contrapeso, no un colectivo de levantadedos que no se atreven a alterar una coma de una iniciativa de El Señor Presidente.

No es el momento de agendas propositivas, es el momento de frenar a quien cada día daña a los mexicanos. Hace tres años, millones cometieron un grave error. Para aquellos que votaron con coraje, con el deseo de cambiar las cosas, con la confianza en las numerosas promesas, es el tiempo de volver a cruzar la boleta, igualmente con coraje, pensando en los millones que han sido dañados por el demagogo autoritario.

Hace tres años se votó por alguien masivamente. Es el momento de retirarle esa chequera en blanco, con el ciudadano demostrando que un demagogo solo engaña una vez. El peor Presidente del México contemporáneo perdió hace mucho tiempo el beneficio de la duda. Por eso un voto contra Andrés Manuel López Obrador será votar por México.

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