Jueves, 28 de marzo de 2024


Columna: Informe Rojo

Carranza: ¿quién empina al alcalde?

Miércoles, 07 Febrero 2018

A dos fuegos, el alcalde Carranza va camino al martirio. Empinado por los suyos, acusó al menos 343 “aviadores” en la nómina municipal y salarios descomunales de funcionarios que sangran al erario, y prometió echarlos. Hoy dice que siempre no.

Usado por el morenismo que lo circunda —y lo tripula—, emprendió su reingeniería administrativa centrado en que la nómina obesa le resta margen de operación. Ningún desarrollo podría llegar a Coatzacoalcos. Ningún recurso le podría alcanzar.

Tomó, pues, la tijera e inició la cruzada antiaviación. Y mientras emprendía la gesta, dejaba a los 343 empleados sin el cobro de los salarios de enero.

Sin conceder el derecho de audiencia, sin escuchar al empleado afectado, sin cubrir lo que indica la norma, eso es retención de salarios. Y es delito. Y el alcalde lo sabe.

Semanas atrás, la cúpula de Morena pregonaba que una vez en el poder le asestarían un golpe demoledor al Sindicato Único de Empleados Municipales, que dejaría abiertas las plazas para que con cargo al erario las huestes morenistas operaran el voto para Andrés Manuel López Obrador. Ufanos, los regidores electos y los futuros funcionarios festinaban la embestida contra el gremio sindical.

Víctor Manuel Carranza Rosaldo, que en Pemex lidió con un sindicato charro que no da problema, el de los petroleros, desde su superintendencia de Recursos Materiales en el complejo petroquímico Cangrejera, ahí donde las compras son un “bisnes” monumental, donde al hoy secretario del ayuntamiento, Miguel Pintos, dueño de Corporación POAN, le caían contratos a granel, tendría que embestir al SUEM.

Y así ocurrió.

Carranza no es tonto aunque por momentos parezca que sí. Mañoso, tramposo, en el día ocho del conflicto, cuando enfrenta una huelga de brazos caídos, la recolección de basura a medio realizar, los servicios municipales sólo en el Registro Civil, en las cajas de recaudación de la Tesorería, mientras el malecón permanece a oscuras, simula que puede ceder.

Ya no son 343 “aviadores” sino unos 60 o 70. Y aún así lo tendrá que demostrar.

De memoria corta —“¿Cómo se llama mi hija”?— y lengua larga, el alcalde Carranza finge olvidar que el 3 de enero categorizó a los 343 empleados como “aviadores” y ofreció echarlos de la nómina y reducirle el salario a los trabajadores que perciben de 30 a 40 mil pesos.

Hoy dice que dice que nadie los puede llamar así.

“Pedí una relación de las personas —precisa— y eran trabajadores que estaban en otras dependencias y desafortunadamente en la primera quincena no asistieron a recoger su salario y no estaba identificado dónde estaban. Vamos a buscar algún acuerdo para que el municipio pueda pagar el salario”.

O sea, acusó sin saber. Denostó a mansalva, ajeno al contenido de la nómina que claramente establece el nombre del empleado, ficha, salario, categoría, área en que desempeña su función.

Carranza los “halló” un mes después, cuando el sindicato y su líder Gersaín Hidalgo Cruz lo increpa, cuando el gremio marcha y proclama, entre gritos y mentadas, y el escarnio: “Carranza culero, regresa mi dinero”.

Alguien sigue cuenteando al alcalde de Coatzacoalcos. Dice Carranza que esos 343 “aviadores” son en realidad empleados comisionados en dependencias estatales. También la cifra es falsa. O no le informaron bien.

Según la nómina del ejercicio 2017, son once instituciones y el Parque Quetzalli, el parque del DIF robado al pueblo, el capricho de la ex diputada duartista Mónica Robles Barajas, en los que prestan sus servicios los trabajadores comisionados.

Condusef —Comisión para la Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros— dispone de tres empleados; Relaciones Exteriores, ocho; Secretaría de Educación de Veracruz, 20; reclusorio regional Duport Ostión, 27; Junta de Conciliación número 16, 13; Junta de Conciliación 8, siete; Junta de Conciliación 15, siete; Procuraduría General de la República, 4; Profeco, dos; Fiscalía estatal adscrita al Juzgado Menor, dos, y Servicio Nacional de Empleo, uno.

Al Parque Quetzalli le son asignados 13 empleados, cuya nómina importa 98 mil 959.50 pesos al mes y que es cubierta con recursos municipales.

En suma, son 107 empleados municipales comisionados en dependencias estatales y federales y en el Parque Quetzalli.

¿De dónde sacó el alcalde Carranza que los 343 “aviadores” laboran en instituciones oficiales?

Pactó con el SUEM retomar los servicios municipales clave a cambio de que se liberen los salarios retenidos. Pero no cumple. Y advierte el líder sindical, Gersaín Hidalgo, que lo que sigue es la toma de dependencias hasta que libere los sueldos detenidos.

Despertó este martes 6 con otro golpe letal. Ocho de los 15 integrantes del cabildo lo arrinconan, lo orillan, lo sacuden cuando le recuerdan que en el municipio el cabildo es la máxima autoridad.

Y lo instan a, junto con el SUEM, “dejar de lado los conflictos políticos que nos tienen en un estado de ingobernabilidad; exigimos a ambas partes conciliar a la brevedad posible para dar fin a esta problemática”.

Otra despistada, la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, había advertido que se presentaría una denuncia contra el regidor Francisco Díaz Juárez, de Nueva Alianza, propuesta del SUEM, por presunta violencia de género y acoso contra la directora de Recursos Humanos, Susana Morales.

Más activista que síndica, Martínez Irigoyen es conminada a respetar la investidura del regidor.

“Solicitamos que reconsidere esta postura debido a que el regidor Francisco es una persona honorable y respetuosa, y con dichas acusaciones podría ocasionarle un daño moral”. Y el daño moral, una vez acreditado, se paga en millones.

Conminan a Carranza a que “antes de tomar cualquier acción o decisión que emprenda esta administración municipal, de la cual formamos parte, sea planteada en sesión de cabildo”, en términos del artículo 28 de la Ley Orgánica del Municipio Libre, que establece que es el cabildo la máxima autoridad en el municipio.

Y lo exhortan a realizar una sesión de cabildo extraordinaria, compareciendo el líder del SUEM, para encontrar una solución, “toda vez que hasta el momento este cabildo no tiene información real y verídica, lo único que es de nuestro conocimiento, es lo que se presenta en redes sociales”.

Y una virtual amenaza:

“Debido a que las malas decisiones tomadas desde el inicio de esta administración han generado esta problemática, como es el caso de la directora de Recursos Humanos, que en reiteradas ocasiones ha demostrado su falta de capacidad e ineficiencia para desempeñar el cargo que ostenta, haciendo también responsable al tesorero municipal de esta falta, por lo que solicitamos también se someta como punto de acuerdo en la misma sesión extraordinaria de cabildo la permanencia de ambos funcionarios”.

Horas después, una reunión de ediles sirvió a Carranza para dar la imagen de que el cabildo lo respalda. Pero no hay tal. El apoyo es a la reingeniería administrativa, pero “salvaguardando los derechos laborales del personal sindicalizado que realmente se encuentran desempeñando sus funciones en las diferentes áreas de la administración municipal, luego de las observaciones a la plantilla laboral sindicalizada”, dice el comunicado oficial.

Por si Carranza no lo asimila, la revuelta ya comenzó. Medio cabildo acusa “ingobernabilidad”, falta de comunicación, decisiones unilaterales, acusaciones de la síndica a un miembro del cabildo y la advertencia que lo denunciará, falta de respeto a los trabajadores sindicalizados y que el tesorero y la directora de Recursos Humanos se tienen que ir.

Y el alcalde recula. Ahora lo hacen decir que los 343 “aviadores” laboran en dependencias estatales y federales cuando que en realidad son 107. ¿Y los otros 236 dónde los dejó?

A dos fuegos, el de sus adversarios y el de casa, Carranza va rumbo al martirio. Lo empinan, le mienten, lo usan. Lo tripulan y lo sumen en un conflicto que desgasta, perdiendo el control del cabildo, sin mayoría ya, advertido que su tesorero se tiene que ir.

Alguien, peor que él, lo empinó.

Archivo muerto

“Era malandro. Me metí a trabajar con los zetas —dice el “Deivid”—. Me dedicaba a la extorsión, robo de vehículos, andábamos secuestrando, andábamos robándole a la gente en Coatzacoalcos. Éramos uno de los principales operadores ahí en Coatzacoalcos”. Es David Arévalo Pérez y su video impacta en Veracruz. Cita nombres, el del ex alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, el del ex regidor perredista Alejandro Wong, el de Ortiz, quizá el célebre empresario camionero, Ramón Ortiz, el de comandantes y otros malandros como él.

“Trabajé con muchas personas. Por ejemplo con mi Comandante Cachorro, el Comandante Robles, el Comandante Caballero, con varias personas que se mezclaron a nivel político”. Y apunta: “Después que salí del Cereso (Centro de Readaptación Social) ya no trabajé porque me apoyaron varios políticos, entre ellos el doctor Alejandro Wong Ramos, el señor Ortiz, que era el que compraba todas las varillas y el combustible robado”. Del ex alcalde de Coatzacoalcos, Joaquín Caballero, el “Deivid” cuenta: “Era el que nos pagaba una cuota semanal.

Nos daba 200 mil pesos a la semana y ya de ahí se fue desgranando porque ya no tenía tanto dinero. Nos daba 30, 40, 50 mil pesos. Pero pues sí apoyaba al movimiento, se podría decir”. Y da los números de patrullas, elementos policíacos, comandantes: “Tenía un amigo en la Policía Ministerial que le decían La Cuija”.

Admite el “Deivid” que hasta los jefes policíacos estatales lo apoyan: “El Comandante Orus”, de la patrulla 1563. Así como el “Deivid”, hablaba Zeferino Almendra Delgado, alias “El Sicario”, de la banda de Hernán Martínez Zavaleta, alias Comandante H, y saliendo del penal Duport Ostión, bajo fianza, fue ejecutado… Así, categórico, dice Nicolás Reyes Álvarez: son mil 500 despensas caducadas e incompletas. Y así, con notario, le demostraron que no.

Su boletín de prensa rezaba: “Después de detectar 1,500 despensas caducas e incompletas que serían entregadas a las familias más vulnerables de Minatitlán, don Nicolás Reyes Álvarez instruyó a personal de salud para supervisar los productos que llegan al municipio y devolver a Gobierno del Estado las que no se encuentren en condiciones óptimas de consumo”. Y arrancó la maquinaria que politizó el supuesto hallazgo de un suministro de leche en mal estado, leche descompuesta, leche agria, mala leche.

Exhibía el operativo del alcalde de Minatitlán un paquete de Nutriland con el dato que suscitó el escándalo: 18 de enero de 2018. O sea, caduca. Convocados los medios de comunicación, a lo largo del lunes 5 se viralizó el conflicto, acusando al gobierno yunista de enviar producto en mal estado a Minatitlán.

Ese día, tras una revisión, personal de Protección Civil estatal y de Secretaría de Gobierno constató otra verdad: ninguna de las mil 500 despensas había caducado y sólo se halló un bote de leche en buen estado. Pregonaba el alcalde Reyes Álvarez que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares lo conminó a retractarse, so pena de retirar a los elementos del Mando Único Policial a partir de las 00:00 horas del martes 6. Según el alcalde, Yunes le expresó: “Nicolás, a partir de las 00:00 horas ordenaré el retiro de la vigilancia que realiza la Policía Estatal y resuelvan ustedes el tema de la seguridad, porque esa es una atribución del Ayuntamiento”.

Más tarde que también lo intimidó el secretario de Seguridad, Kaimé Téllez Marié. Y en la Cámara de Diputados, la coordinadora de Morena, arremetió contra Yunes, instando a la Junta de Coordinación Política a solicitar que el gobierno federal se haga cargo de la seguridad en Minatitlán. Verificadas ante notario, las mil 500 despensas no están caducas ni contenían litros de leche.

Acusa Yunes que la leche hallada, con fecha de caducidad vencida, fue sembrada. Y la seguridad pública no ha sido retirada. Y en los teléfonos de la prensa no deja de escucharse el lamento del círculo cercano al alcalde Nicolás Reyes: “Échame la mano para salir de ésta”…

Una foto, subida por Carlos Zamudio, describe a Alejandro Wong captando policías y navales en los bajos del palacio municipal. “Alejandro Wong, conocido operador político del PRD en Coatzacoalcos, es captado por la cámara de algunos periodistas durante el mitin de Gersaín Hidalgo, líder del SUEM-Coatza, durante el cual amenazó quemar el palacio municipal. ¿Coincidencia?”. Pero el personaje captado no es Alejandro Wong sino el periodista Ariel Hernández Díaz, corresponsal de Uninoticias en la radio de Xalapa, reportero del portal El Círculo y comentarista en La Noticia en el Café, de Olmeca TV, un comunicador respetado en el medio.

Ariel Hernández de inmediato replicó. Le inquieta ser confundido con el ex regidor Alejandro Wong, sobre el que pesan amenazas en narcomantas y hoy en un video en que un malandro, David Arévalo Pérez, alias El Deivid”, señala que es de los políticos que apoyan a Los Zetas. Ariel Hernández publicó una carta aclarando no ser el personaje de la fotografía y Carlos Zamudio ofreció una disculpa pública y se refirió al texto “que no debía haber posteado”. Mientras, en grupos que se mueven en redes sociales, el linchamiento tomaba forma. “Perverso”, “Ahí está uno de los provocadores”, arremetían y así la ira de los morenistas.

Nunca habló la regidora Eusebia Cortés Pérez ni hizo más su auxiliar, Carlos Zamudio. Y el linchamiento en WhatsApp continúa. Sábese de la constitución de “grupos conscientes del proyecto” para adoctrinar morenistas y “para aclarar lo que viene” y descalificar y atacar periodistas. Y esa instrucción viene del alto mando de Morena. Una conversación en que toma parte la diputada Nahle lo demuestra. Y la tengo. ¿Quién sigue?… Torvo él, torvos sus matarifes, Renato Tronco ya siente que Coatzacoalcos está a sus pies.

Reúne a más de 300 mujeres en restaurant Hidalgo Carrión, la mañana del viernes 2. A esa hora no hay servicio al público y el caciquito de Las Choapas es quien manda y dispone ahí. Hay panistas y priistas, promotoras sociales, militantes de Morena que trabajaron para que Víctor Carranza fuera alcalde y en el ayuntamiento no le dieron cabida. Afuera del lugar y por donde va, se desplaza un convoy de camionetas de uso rudo. Donde Renato llega, sus hombres controlan el paso de personas, el tráfico vehicular, con el porte del que vive en el campo, el sombrero, las botas, el atuendo de mezclilla, la camisa a cuadros y esa mochila sobaquera que hace presumir que ahí traen la que hace pum-pum. Contenderá Renato Tronco por la diputación federal de Coatzacoalcos, otro duartista en el proyecto yunista azul, bajo la coalición PAN-PRD-Movimiento Ciudadano. Y si llega a ganar —o a robarse la elección, que es lo que mejor le sale—, el miedo va a dominar las calles…

Valora este artículo
(0 votos)
Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com