El reciente anuncio de Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México, sobre la designación de Mario Delgado Carrillo como futuro titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha generado una variedad de reacciones.
Mientras algunos sectores, como los rectores de universidades estatales y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), han visto favorablemente esta decisión, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha expresado su rechazo.
Mario Delgado, quien es el actual presidente nacional del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ha sido elogiado por su experiencia política y su compromiso con la transformación educativa en México.
En su discurso de aceptación, Delgado prometió ser un aliado del magisterio y trabajar conjuntamente con los maestros para atender sus demandas pendientes. Expresó su compromiso con la lealtad, la capacidad y el amor por el país, prometiendo no fallar, no mentir y no traicionar al pueblo mexicano.
Por otro lado, la CNTE ha manifestado su desacuerdo con la designación de Delgado, recordando su papel en la aprobación de la Reforma Educativa del sexenio de Enrique Peña Nieto, una reforma que muchos en la CNTE consideran perjudicial para los maestros. Esta facción disidente ha iniciado una campaña de protesta, que incluye caricaturas y una petición en change.org dirigida a Claudia Sheinbaum, solicitando reconsiderar la decisión. Argumentan que, aunque Delgado es un operador político eficaz, no tiene el perfil adecuado para enfrentar los desafíos del sistema educativo mexicano y la deuda histórica en términos de equidad e igualdad educativa.
Los maestros disidentes enfatizan que la educación es un derecho fundamental y que la SEP debe ser dirigida por alguien con una profunda comprensión y experiencia en el sector educativo, especialmente en el contexto de la Cuarta Transformación promovida por el actual gobierno. La petición subraya la necesidad de un líder con el perfil adecuado y experiencia en el proceso educativo para garantizar el progreso del sistema educativo nacional y el éxito de la Nueva Escuela Mexicana.
Este debate resalta la importancia de la SEP en la política educativa de México y la necesidad de un liderazgo que inspire confianza y colaboración entre todos los actores del sector educativo.