Este jueves el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, junto con dos sacerdotes, fue víctima de la delincuencia durante un asalto masivo ocurrido en la autopista Orizaba-Puebla, a la altura de las cumbres de Maltrata.
Grupo armado detuvo varios vehículos, y entre estos viajaban los religiosos, quienes fueron amagados con armas largas y obligados a entregar sus pertenencias, incluyendo los objetos episcopales destinados a sus templos.
El obispo y los sacerdotes informaron lo sucedido y expresaron en su mensaje: “Pedimos a Dios que toque los corazones de quienes provocan tanto sufrimiento. Hay trabajo pendiente aún en la iglesia”.
Pidieron a las autoridades civiles asumir responsabilidad por los hechos y reforzar la seguridad en la zona, señalando que “la reconstrucción del tejido social es tarea de todos”.
Es lamentable lo ocurrido con el obispo de la Diócesis de Orizaba, junto con los sacerdotes y otros automovilistas.
La seguridad en la zona es fundamental, y es importante que las autoridades civiles tomen medidas para garantizarla y prevenir este tipo de incidentes.