De tres semanas a la fecha se ha observado al gobernador Miguel Ángel Yunes más intolerante que de costumbre, su semblante refleja frustración y su discurso agresión y negación.

Las condiciones en que recibió el estado eran deplorables en todos sentidos, eso todos lo sabemos, y no se esperaba un cambio radical en tan poco tiempo. Sin embargo, el fracaso de la actual administración radica en que no se han cambiado las peores prácticas del ejercicio el poder.

El actual gobierno tuvo la oportunidad de sentar las bases del cambio y progreso de Veracruz,  generando las condiciones políticas que permitieran florecer la democracia y el estado de derecho, tan sistemáticamente vulnerados. La autonomía de los poderes del estado, la transparencia en el uso de los recursos públicos, la idoneidad de los funcionarios, el acceso a la información, el respeto al disenso y a la manifestación social son deudas que no han sido solventadas en este gobierno, y por lo que se observa, no cambiará el sentido en lo que resta del mismo.

El desgaste que está sufriendo el gobernador y su administración rebasa con creces el que naturalmente se sufre en el ejercicio del gobierno, y del caudal de problemáticas que se padecen en el estado, la inseguridad es el reclamo más sentido de la sociedad. Hay que ser muy justos al reconocer que el problema de inseguridad es un fenómeno que se ha venido desarrollando desde muchos años atrás, y que derivado de su evolución, se torna muy complejo de resolver. No obstante, y aun reconociendo lo anterior, la respuesta del gobierno estatal a la problemática y a la  crítica más que justificada, ha sido hosca, opaca y sin una estrategia eficaz que abone a resolver el asunto.

Podríamos asumir que lo anteriormente descrito es la causa de la frustración del gobernador, lo cual sería entendible, pero la forma en que con ligereza  desdeña el problema, argumentando que las estadísticas están mal calculadas, que no se aceptarán la cifras de organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, que dan cuenta de la terrible situación, y el peor argumento,  que  “el problema es de percepción”, nos hace descartar esa posición.

Así que la causa del lapsus apunta directamente al tema político-electoral. Para nadie es un secreto que desde antes de asumir la gubernatura del estado Yunes Linares tenia delineado su proyecto político, el cual consiste en heredar la máxima magistratura del estado a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, actual alcalde de Boca del Río. Hasta hace poco parecía que todo iba viento en popa, la alianza y respaldo de Ricardo Anaya, el control del PRD local a través de Rogelio Franco y la utilización de la fuerza del estado para hacer suyos cacicazgos regionales pintaba un panorama por de más alentador para la renovación de la gubernatura; Pero en política, nada es seguro, y una serie de sucesos han minado drásticamente el proyecto de los Yunes de Boca del Río.

El primer acontecimiento que ensombreció el escenario fue la conformación del frente ciudadano, donde, además del PAN y el PRD, participa Movimiento Ciudadano, y Dante Delgado como su coordinador nacional, ocupa un lugar privilegiado en la mesa de negociación, lo que genera tensión por los intereses que tiene Dante en Veracruz.

Derivado de la creación del frente ciudadano y de la intención de Anaya por ser el abanderado del bloque a la presidencia, se generó en el PAN una fractura con la corriente del ex presidente Calderón, que desencadenó en la renuncia de la militancia panista de Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, y actual aspirante a candidata independiente a la presidencia. Este hecho fue significativo porque Miguel Ángel Yunes se incorpora formalmente al PAN durante la administración de Felipe Calderón, resultado de una negociación con la maestra Elba Esther Gordillo.

Otro aspecto importante fue la designación del candidato presidencial del PRI,  donde quedó truncada la aspiración de Miguel Ángel Osorio Chong, con quien Yunes Linares tiene una fuerte amistad y que le sirvió de interlocutor y pararrayos con el gobierno federal. Aunado a lo anterior, el candidato del PRI es José Antonio Meade Kuribreña, ex secretario de hacienda, a quien Yunes Linares dedicara mucho su discurso incendiario al comienzo de su administración.

Lo anterior sirve de marco para comprender el nerviosismo que se está generando al interior del grupo yunista, lo explico. El análisis somero sostiene que la candidatura está asegurada para Miguel Ángel Yunes Márquez dado que controlan el aparato de gobierno, que cuenta con los recursos económicos necesarios y mantienen una fuerte presencia en los órganos del PAN estatal. Si bien lo anterior es correcto, no representa un flanco imbatible ante una negociación de carácter nacional, sobre todo, si tomamos en cuenta los siguientes datos.

El PAN cuenta con un voto duro que ronda los 800,000, votos que se han mantenido desde el 2004 a la fecha. Estos votos pertenecen al instituto político, no al bloque yunista. Los votos que el PRD y Movimiento Ciudadano abonen fluctuarán en razón de quién sea el abanderado de la coalición, ya que sería muy complicado que el votante habitual del PRD y MC sufraguen por Yunes Márquez.

Para el frente ciudadano sería muy complicado avalar un nepotismo de tal magnitud, ya que la plataforma en la que está sustentado pregona el cambio de régimen político y de sus prácticas más despreciables.

Aunado a lo anterior, existe la versión de un distanciamiento de Anaya con Yunes Linares, que se fundamenta en una supuesta reunión que algunos gobernadores panistas, entre ellos, Yunes Linares, sostuvieron con Margarita Zavala. En dicha reunión la aspirante les solicitó ayuda para obtener las firmas que necesita para su eventual candidatura independiente, lo cual causó molestia en el exdirigente nacional.

Otro punto de inflexión se da en el marco de la aprobación de la ley de seguridad interior. El frente ciudadano ha manifestado estar en total oposición, mientras Yunes Linares se manifestó a favor de la misma, algo que refleja que no se comparte proyecto político.

Si el frente ciudadano se materializa en Veracruz, la mano de Dante Delgado será decisiva en la designación del candidato o candidata, el gobernador lo sabe, y por eso lo buscó el pasado domingo, la foto que circuló donde aparecen juntos, él pidió que se filtrara, aunque las declaraciones recientes de Dante confirman que no existe ningún tipo de acercamiento.

Dante Delgado jugó un papel fundamental para consolidar la aspiración de Anaya a encabezar la candidatura del frente ciudadano, es notorio que en el seno del mismo la alianza más fuerte es entre Dante y Anaya, la cual permitió sacar de la jugada a Miguel Ángel Mancera. Anaya está muy comprometido con Dante Delgado y dentro de lo conocido en las negociaciones, se otorgó la designación del candidato presidencial al PAN, la CDMX al PRD, mientras que Movimiento Ciudadano va en solitario a la contienda en Jalisco, por lo tanto, esa plaza no cuenta para la repartición de posiciones.

En consecuencia, si la lógica política no falla, le correspondería mano en Veracruz al exgobernador y actual dirigente de Movimiento Ciudadano.

La moneda está en el aire, y en este momento, el proyecto sucesorio no tiene asegurado nada.