Han pasado seis meses y días de las dos movilizaciones de protestas con mayor convocatoria en la historia del país.

Una fue la marcha feminista del 8 de marzo y la otra Un Día Sin Mujeres, que consistió en un paro laboral del mujeres al día sigueinte, el lunes 9 del mismo mes.

Pues parece que tales movilizaciones no han logrado inhibir los actos de violencia contra las mujeres, ya que el asunto volvió a ser el foco de atención en medios de comunicación y redes sociales.

Los nombres de Jessica, Alondra, Nayeli y Noemí ocuparon espacios en los medios de comunicación impresos, electrónicos y virtuales para exigir justicia luego de que fueron víctimas de feminicidio, pues las encontraron sin vida en distintos puntos del país en tan solo una semana.

Los actos de violencia no han disminuido en el año, es más, derivado del confinamiento que provocó el COVID-19 han aumentado las denuncias por violencia contra las mujeres dentro de sus hogares.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los primeros ocho meses (enero-agosto) de este año, se han registrado 626 presuntos feminicidios en el país.

En ese mismo lapso mil 906 mujeres han sido víctimas de supuestos homicidios dolosos y destaca el Estado de México con el mayor número de casos registrados con 97 víctimas.

Veracruz, el estado que acaba de visitar el presidente Andrés Manuel López Obrador y en el que según lo dicho por el propio mandatario han bajado los delitos, ocupa el segundo lugar en feminicidios con 63 víctimas registradas en esos ocho meses.
Es más, el mismo Secretariado Ejecutivo del SNSP reporta que no hay ningún estado que no haya registrado al menos una víctima de este crimen.
Feministas marcharon ayer en ciudades de Veracruz y de otras partes del país para exigir un aborto legal, seguro y gratuito, pero también exigieron que se acabe la violencia contra las mujeres y que terminen los feminicidios.
Entre los cuestionamientos que se han hecho por la visita presidencial está si el actual gobierno federal ya acabó con la violencia contra las mujeres y con la inseguridad.
El comentario que se escucha luego de que el fin de semana Andrés Manuel López Obrador vino a tres ciudades veracruzanas a evaluar sus programas de bienestar, es que si ya logró resolver el problema de la inseguridad, el desempleo, si ya bajaron las tarifas de luz y si ya no hay desempleo.
Es más, ¿acaso vino a poner en marcha alguna obra de beneficio para los veracruzanos?
La respuesta es evidente y a pesar que AMLO y el gobierno de Veracruz repiten y presumen que los delitos van a la baja, seguimos viendo como la gente sufre de violencia dentro y fuera de su casa, en las calles, en su oficina, en el taller, en las tiendas de conveniencia y en muchos sitios más.
Y en feminicidios, como reporta el Sistema Nacional de Seguridad Pública, Veracruz ocupó el segundo lugar en los primeros ochos meses de este año.
¿Será que a fuerza de repetirlo, el gobierno logre que la gente crea que hay menos delitos y que se sienta más segura que hace un mes o que hace ocho?

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