Domingo, 5 de May de 2024

  • A nueve años de la muerte

Asesinato de Margarito Montes Parra sigue impune

  • Dicen miles de sus seguidores fue mandado a matar por el mismo Felipe Calderón Hinojos
Martes, 30 Octubre 2018
  • Por:  Manuel Carvallo

 

Al cumplirse este 30 de octubre nueve años de la ejecución de Margarito Montes Parra, dirigente de la Unión General Obrera, Campesina y Popular (UGOCP) junto con otras 14 personas, entre ellas su esposa y algunos de sus hijos en una emboscada en el rancho Los Alamitos, ubicado sobre el kilómetro 26 de la carretera Hornos-Tesopaco, municipio de Cajeme, al sur de Sonora, ni la PGR de Felipe Calderón Hinojosa ni la de Enrique Peña Nieto, han logrado sacar de la impunidad estos crímenes.

Montes Parra, dicen miles de sus seguidores fue mandado a matar por el mismo Felipe Calderón Hinojosa, por haberse convertido en un líder social incomodo al sistema.

En el atentado resultaron heridas otras tres personas que los acompañaban y quienes a pesar de haber aportado información valiosa, jamás fue tomada en cuenta en las investigaciones de la PGR, por instrucciones del mismísimo presidente.

Jorge Morales Borbón, director de comunicación social del gobierno estatal, informó que la Procuraduría General de la República (PGR) atrajo la investigación porque dos de las armas utilizadas en el crimen, una pistola .357 Magnum y un revólver calibre 44 especial, son de uso exclusivo de las fuerzas armadas, dato que fue borrado en las investigaciones.

Tras la cruenta emboscada, José Larrinaga Talamantes, otrora vocero de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), precisó que entre las víctimas mortales están la esposa de Montes Parra, cuyo nombre no se precisó, y un hijo de ambos, de 13 años. También murieron otros tres menores de edad, dos de ellos nietos del líder campesino e hijos de Adrián Montes Vega, quien había sufrido la misma suerte dos años antes.

La PGJE señaló que aproximadamente a las al filo de las 15:15 horas de ese viernes 31 de octubre, las 18 personas salieron en tres vehículos del rancho Los Alamitos, con rumbo a Ciudad Obregón, luego de festejar el aniversario del reparto agrario de 1937 con habitantes del ejido Primero de Mayo.

El líder campesino viajaba en una camioneta pick up Lincoln Mark color gris, con placas del Distrito Federal, otros en un vehículo con las mismas características de color negro y con placas de Sonora.

Un sobreviviente narró que un grupo de desconocidos –no pudo precisar cuántos–, ocultos entre los matorrales un kilómetro antes de llegar a la carretera Hornos-Rosario Tesopaco, abrió fuego con AK-47.

Amigos del líder que salían del rancho en otro vehículo (Chevrolet Suburban, color plata), escucharon los disparos y regresaron para dar aviso a las autoridades que solo hicieron una pantomima..

Más de 150 elementos del Ejército y la Armada de México, así como policías municipales, estatales y federales, iniciaron la búsqueda de los asesinos a las 19 horas, casi cuatro horas después, lo que por supuesto facilitó la fuga de los sicarios.

Para ser exactos los peritos de la PGJE recogieron más de 159 casquillos percutidos calibre 7.62 mm de AK-47.

Los 15 cuerpos fueron trasladados a medicina legal del Centro Integral de Procuración de Justicia del Sur del Estado para su identificación.

En marzo de 2007, cuando fue asesinado su hijo Adrián, junto con dos jóvenes en un palenque de la comunidad yaqui Cócorit, Montes Parra acusó que el gobierno del priista Eduardo Bours Castelo protegía a miembros del crimen organizado que ejecutaron la acción.

Para confundir a la opinión pública se difundió que el dirigente mantuvo conflictos con la etnia yaqui, cuyos integrantes lo acusaban de ser enviado de Carlos Salinas de Gortari para la ejecución de diversas acciones jurídicas que despojaron de tierras a la etnia en el fértil Valle del Yaqui.

Finalmente, como haya sido su muerte y la causa real, hoy nueve años después, la muerte de líder nacional de la UGOCP sigue impune y todo parece indicar que así seguirá.

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