Lunes, 20 de May de 2024


Panorama del sector educativo y sus luchas en el 2023

Sábado, 23 Diciembre 2023
  • Por:  Arturo Méndez
Panorama del sector educativo y sus luchas en el 2023 Arturo Méndez

En el sector educativo, terminamos el año con, al menos, dos procesos de lucha abiertos: la huelga del Colegio de Bachilleres (Colbach) en la Ciudad de México y el movimiento docente capitalino en educación básica; en ambos casos el reclamo surge por un aumento salarial de emergencia, plazas completas para tod@s l@s trabajador@s, mejores condiciones laborales entre otras demandas. Las que parten de las declaraciones del presidente AMLO donde puntualizó que “ningún educador ganará menos de 16 mil pesos mensuales”.

A cinco años de iniciada la 4T, a pesar de las promesas del gobierno y de las expectativas de cambio despertadas en amplios sectores de trabajadoras y trabajadores de la educación, así como de jóvenes, cuya expresión implico un voto arrasador a MORENA; pero, las malas condiciones educativas, la falta de pagos y la precariedad laboral siguen siendo una realidad cotidiana, lo cual dio lugar a numerosas luchas del sector educativo en todos sus niveles, y como no podía ser de otra forma, a lo largo del 2023, también.

Educación básica

Desde enero, el año comenzó con paros en 160 escuelas de educación básica en Zacatecas por falta de pagos, así como en 83 planteles de telebachillerato en el estado, también exigiendo pagos atrasados además de basificaciones, con movilizaciones unitarias de ambos sectores.

Durante marzo, vimos el paro de los cinco CENDI del IPN contra la contratación por honorarios al nuevo personal, así como las movilizaciones de básica –junto a otros trabajadores estatales- en Nayarit contra la reforma a las pensiones. Además estuvo el importante triunfo de las maestras y madres de familia de la Primaria Cristóbal Colón en la CDMX, que lograron recuperar sus instalaciones luego de una larga lucha.

También en marzo, como continuidad del procesos de elecciones seccionales en el SNTE, se realizaron elecciones en las secciones 7 y 40 de Chiapas, así como en la 20 y la 49 de Nayarit. Y mientras en la 7, la CNTE preservó la dirección seccional, en las demás se impuso el charrismo.

Para mayo, la unidad de básica con media superior (Conalep) se concretó en Tlaxcala, con movilizaciones contra la precarización laboral, por el respeto a los derechos laborales y contra los despidos y la represión.

En junio, la Sección 22 de Oaxaca realizó un paro de 72 horas y un plantón -que fue reprimido- frente a Palacio Nacional, con demandas como la abrogación de la reforma educativa y la USICAMM, y contra la transferencia de Educación Indígena de la SEP al Instituto Nacional de Pueblos Indígenas, aunque la mayor parte no fueron resueltas.

El 14 de junio se realizaron elecciones para Comité Ejecutivo en las secciones 9, 10, 11 y 60 del SNTE en la CDMX, así como en la 29 de Tabasco. En la Sección 9, los charros impidieron a la CNTE presentar su planilla; durante la jornada, maestras que bloqueaban urnas en respuesta al fraude, fueron atacadas por golpeadores. En la Sección 10, con más de 5 mil votos, la CNTE obtuvo seis carteras por representación proporcional. En las demás secciones se impusieron variantes del charrismo.

Ya hacia el final del ciclo escolar 2022-2023, los bloqueos del magisterio mexiquense por falta de pagos y la dura represión que enfrentaron sacudió a las maestras y maestros de otras entidades.

El inicio del ciclo 2023-2024 estuvo marcado por la campaña de la derecha, los gobiernos de oposición, las iglesias y los grandes medios de comunicación, apoyados por la Suprema Corte de Justicia, contra los libros de texto gratuitos. Luego del retroceso de la mayoría de los gobiernos de oposición, la persistencia del gobierno de Chihuahua llevó a un paro docente en octubre, en ese estado, para exigir la entrega de los materiales. Y hasta el día de hoy siguen sin distribuirse en Coahuila.

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Este ciclo escolar también está marcado por la implementación de los nuevos planes y programas de estudio de la Nueva Escuela Mexicana que, aunque incluyen algunos contenidos y enfoques que pueden considerarse progresivos, al mismo tiempo aumentan la carga laboral docente, mientras que las condiciones materiales de las escuelas siguen con numerosas carencias y no hay ni se avizoran políticas para atender los grandes problemas que surgen del rezago educativo, de las aulas abarrotadas de niñ@s y adolescentes y de la violencia escolar creciente.

Así, entre el 31 de agosto y el 2 de septiembre, la CNTE realizó una jornada nacional de lucha, con un plantón frente a la Cámara de Diputados y movilizaciones en la capital del país, pero sin solución a sus demandas.

En septiembre, el paro de 15 días del magisterio tamaulipeco por mejoras salariales y educativas fue traicionado por la dirigencia seccional del SNTE, que pactó con el gobierno –sin consultar a las bases- el levantamiento de la lucha y el regreso a las aulas con la manos vacías.

Además de ignorar las demandas del magisterio en la mayoría de los casos enumerados, la actitud hostil del gobierno hacia las luchas de las maestras y maestros se mostró nuevamente en las declaraciones del presidente López Obrador hacia la acción del 26 de noviembre en Tlapa, Guerrero, cuando la CETEG, luego de múltiples intentos infructuosos de ser escuchada, retrasó la inauguración de un centro Teletón por parte del mandatario para entregarle su pliego de demandas, acto al que calificó en su mañanera del 27/11 como un “acto de provocación”.

Finalmente, con el paro del 15 de noviembre convocado por la Organización de Profesores de Educación Básica (OPEB) con movilización y bloqueos, comenzó a expresarse un movimiento magisterial en la CDMX. Pero, luego de que la OPEB consiguiera sentarse con las autoridades, pactó con el gobierno el llamado a la desmovilización, lo que le valió un enorme repudio de la base magisterial capitalina, mostrando que en verdad no le había entregado un cheque en blanco a esta dirección.

La CNTE, entonces, convocó a un paro el 5 de diciembre, en el que centenares de escuelas y miles de trabajador@s de la educación participaron, con una movilización a la que se sumaron las y los trabajadores del Colbach en huelga. Lamentablemente, una vez más nos condujeron a la desmovilización, y desde entonces no se convoca a nuevas movilizaciones para acompañar las mesas con las autoridades que, al no tener la presión en las calles, cómodamente han respondido que “no hay presupuesto”, dejando todo en “veremos” para el próximo año. Y a pesar de la gran muestra de fuerzas que expresamos aquel día, ninguna demanda se ha resuelto en estos “diálogos”, al igual que en las 18 mesas de la CNTE a lo largo del sexenio.

Media superior

Además de las movilizaciones unitarias de media superior con el sector de básica mencionadas arriba, en este nivel se desarrolla actualmente –desde el 16 de noviembre- la huelga del Colbach, por aumento salarial, contra la precarización laboral y contra el abandono a la infraestructura, con movilizaciones y bloqueos, enfrentando la represión y un recuento impuesto por las autoridades a 33 días del inicio de la huelga, con el que esperaban desbaratar la unidad, pero, este lunes 18, las y los trabajadores de bachilleres ratificaron su convicción de lucha para lograr todas y cada una de sus demandas, asestando un duro revés a su trampa.

Debemos tener en cuenta que se trata de la segunda huelga del año realizada por el Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores del Colegio de Bachilleres (SINTCB). La primera estalló en febrero, con demandas similares a las actuales que no fueron resueltas.

También, durante este año, el Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior (SUTIEMS) realizó dos huelgas, una en febrero y otra en junio. Con la huelga de febrero se logró frenar la introducción de la figura de Docente de Tiempo Completo para sustituir –precarización de por medio- a la de Docente Tutor Investigador, junto a la solución parcial a otras demandas. Sin embargo, a modo de represalia, apenas finalizó el conflicto despidieron a las y los profesores de Lengua y Cultura Náhuatl.

En el caso de la huelga de junio, ésta se realizó principalmente para pelear por aumento salarial, contra la precarización laboral y por mayor presupuesto para el IEMS. Y en octubre se realizaron nuevos despidos injustificados en el IEMS, mientras que se mantiene figuras de trabajo precario y hay laudos ganados por trabajadoras de intendencia para ser reinstaladas que no han sido cumplidos por la institución.

Educación superior

En cuanto a la UNAM, empezamos por la imposición del contrato colectivo del AAPAUNAM, consumada en mayo, a pesar de no haber obtenido mayoría en la consulta de legitimación.

Pero en la máxima casa de estudios la comunidad también salió a luchar contra los ataques, como lo vimos en abril con las asambleas y movilizaciones estudiantiles contra el recorte a las Becas Elisa Acuña, o en el paro de agosto de las y los trabajadores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales en defensa de su contrato colectivo de trabajo, al que las autoridades, lejos de proponer soluciones, respondió con decenas de actas administrativas.

Asimismo, el 16 de octubre se realizó un mitin frente a la Biblioteca Central contra el hostigamiento laboral, las sanciones por luchar y la represión.

Sin embargo, la antidemocracia en la Universidad volvió a imponerse el 17 de noviembre con la toma de posesión del nuevo rector –ligado al PRI- Leonardo Lomelí, quien llega con un discurso de amedrentamiento contra los sectores que se organizan y luchan.

A sólo unos días de la asunción de Lomelí (el flamante rector que manejará una caja similar al presupuesto del Estado de Tlaxcala), el 23 de noviembre se registró el ataque de autoridades de la Facultad de Contaduría y Administración golpeando estudiantes, la desaparición de un estudiante de la Facultad de Economía a manos de la Guardia Nacional (liberado horas después) y amenazas porriles en el CCH Vallejo.

Además, a los ataques contra estudiantes (que también se dan en otras universidades y niveles educativos) se suma la continuidad de la exclusión en el nivel superior, con la aceptación de sólo el 11% de los 201 mil 512 aspirantes este año, como lo denunció el MAES.

Por otro lado, las demandas de las mujeres también se expresaron con fuerza en el ámbito universitario, particularmente en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), cuyos cinco planteles se fueron a paro en marzo por desatención de las autoridades a denuncias de violencia de género.

Respecto a la Universidad Autónoma de la Cdmx –UACM-, podemos mencionar la legitimación del contrato colectivo del SUTUACM, tras lo cual, sin embargo, en las elecciones para renovar la dirigencia sindical, se impuso de manera burocrática la actual dirigencia al no permitir el registro de otras planillas.

Pero, en la Autónoma de la Ciudad, la precarización laboral ha avanzado, particularmente con más de 400 docentes de asignatura –sin derechos laborales-, junto a otros ataques contra docentes, trabajadores y estudiantes, como el intento de privatizar los comedores.

En la ENAH, los ataques se expresaron con el despido injustificado de profesores, la reducción de la matrícula escolar, el abandono de las instalaciones y el cierre de materias optativas.

Mientras tanto, la precariedad laboral y las pésimas condiciones de estudio siguieron siendo la regla en las Universidades del Bienestar Benito Juárez, así como en la Universidad Rosario Castellanos, cuyos docentes se fueron a paro en octubre por el pago de salarios y contra la incertidumbre laboral.

En los estados, vimos por ejemplo la lucha de las y los trabajadores de la Universidad Autónoma de Campecheen julio, exigiendo el pago de prestaciones, y el paro iniciado el 12 de diciembre por el Sindicato Estatal de Trabajadores al Servicio de la Universidad Veracruzana, por el incumplimiento en el pago del aguinaldo.

Aunado a lo anterior, persiste la insuficiencia presupuestal para las universidades estatales, atravesadas en muchos casos por la corrupción, como por ejemplo en la Autónoma de Coahuila o en la Autónoma de Sinaloa.

Durante el año en curso, finalmente nos queda mencionar que, los ataques al sector educativo alcanzaron también a los posgrados, particularmente a partir de la aprobación de la Ley General de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación, que por una parte, abrió las puertas de la Junta de Gobierno del Conahcyt a las secretarías de Defensa y Marina (como parte de la profundización de la militarización del país), y por otra parte, llevó al recorte masivo de becas, frente a lo cual se dieron manifestaciones de estudiantes.

Unidad para vencer

Como podemos ver, la degradación de los salarios, la precarización laboral, la falta de pagos, los ataques a conquistas históricas, la represión selectiva a quienes reclaman y las imposiciones autoritarias, recorrieron todos los niveles educativos durante el 2023, pero también se mostró la disposición a luchar en importantes sectores.

Sin embargo, más allá de la predisposición de las bases en todo el país a la unidad y los contados ejemplos de movilización unitaria convocadas por las direcciones, vemos que la principal debilidad de este impresionante número de luchas, es que se dieron de forma aislada, a pesar de que como hemos visto, los reclamos son los mismos.

Por ello, creemos que, hacia adelante, la coordinación de las luchas del sector, puede ser un paso necesario y muy importante para avanzar en la unidad de las y los trabajadores de la educación de todos los niveles, junto a estudiantes, madres y padres de familia, para luchar por demandas como aumento al presupuesto educativo (y no para fortalecer la militarización del país), por aumento salarial y por mejorar las condiciones laborales y de estudio, para lo cual es fundamental organizarnos escuela por escuela y en cada centro de trabajo y estudio, con independencia política respecto al gobierno, los partidos y las instituciones del régimen; que nos permita concentrarnos en unidad en nuestros propios intereses y la defensa de la educación pública, sin que nos dividan ni afecten las maniobras de las autoridades y sus propios intereses políticos, que como hemos visto, es más que evidente que nos los mismos que los nuestros.

Pero, además, esa fuerza formidable nos permitiría avanzar en la democratización de la educación, basándonos en la organización democrática de la comunidad educativa para la toma de decisiones, incluyendo la definición de los contenidos educativos a partir de las necesidades que realmente tiene el pueblo trabajador.

En esa perspectiva, pensamos que es fundamental organizarnos también para la lucha contra las burocracias sindicales, que nos mantienen divididos y actúan como correa de transmisión de las políticas del Estado-patrón; por la democratización de nuestros sindicatos y su plena independencia política respecto al Estado, para transformarlos en instrumentos efectivos de lucha.

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