Viernes, 17 de May de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

Email: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

A Pepe Yunes le tocó la peor penitencia: cargar un muerto, echarse en la espalda al PRI, arrastrar al moribundo, maquillarlo, ofertarlo, encajarlo en una oposición infame que sólo aspira a comerse las migajas que Morena le quiera aventar.

Le tocó lidiar con el PRI de Alejandro Moreno Cárdenas, su líder nacional, atajando el intento de avalar la Ley Eléctrica cuando Alito se había entregado a Andrés Manuel.

Pepe Yunes decidió quedarse solo cuando el PRI de Alito Moreno pactó con López Obrador y la militarización de las calles se consumó. Cuatro años más con la Guardia Nacional porque el PRI y Morena pasaron del idilio al incesto. Se acostaron y parieron un engendro militar.

Ejército y Marina patrullando, instalando retenes, revisando bolsillos, metiendo las narices en los automóviles, interrogando al mexicano de a pie mientras a los capos y a sus sicarios los arropa el presidente y los generales canjean el honor por una vida de placer.

A Pepe Yunes le tocó ver y oír el festín de Layda, el carnaval de los audios, desollado el líder nacional del PRI, destrozado porque su lengua es larga y tiene alma de hampón.

Alejandro Moreno es, literalmente, un cerdo político. Los audios sirven para trazar su perfil: riqueza inexplicable a partir de sus días en el gobierno de Campeche; las residencias que huelen a transa, o exprimiendo empresarios, o pactando con Monreal, o surtiendo recetas de cómo aniquilar a la prensa: “no les des un balazo, mátalos de hambre, papito”.

Y luego el ataque al estatuto del PRI, el intento de Alito de extender su período como líder nacional, fraguando cómo manipular la alianza con el PAN y PRD, o cómo reventar a la oposición, según se lo ordene su patrón, Andrés Manuel López Obrador.

Y la batalla en el Senado, el cuartelazo contra Osorio Chong, el ungimiento de Manuel Añorve, el senador pro narco que en sus días en la alcaldía de Acapulco permitió el florecimiento de los cárteles, la violencia sin control, tácitamente el inicio de la destrucción de la que fue la principal joya turística del país.

Ese muerto político llamado PRI es el que Pepe Yunes tiene que cargar.

El PRI de las corruptelas y los fraudes históricos. El PRI de Javier Duarte. El PRI de Salvador Manzur, que llegó a expresar que el programa de Adultos Mayores era “oro molido” porque hasta los familiares de los abuelitos terminan votando por el tricolor. El PRI del Cisne Silva, implicado en el pago a empresas fantasma cuando Javier Duarte saqueaba al gobierno estatal.

El PRI de Veracruz también huele a panteón. Es un cascarón succionado por Marlon Ramírez Marín, su líder(?) estatal, el célebre histrión que un día escenifica la obra teatral del combate al obradorismo jarocho y al día siguiente se presta a validar la militarización del país.

Marlon Ramírez es un espantapájaros político. Habla de legalidad y le estalla un escándalo inédito por el robo de los dineros del PRI, la nómina atestada de “aviadores”, pagos a los favoritos del reino y falta de salario a quienes no pululan en su corral.

Marlon exige aclarar el escándalo de las empresas fantasma; por qué Araly Rodríguez, siendo empleada del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez tiene contratos por casi 100 millones de pesos en dos secretarías y el DIF estatal; por qué existe una red de corrupción con empresas constituidas en domicilios de colonias marginadas con contratos por cientos de millones de pesos.

O sea, saqueo al estilo de Javier Duarte, del que Marlon Ramírez fue subsecretario de Gobierno y entonces no protestó, ni se indignó, ni exigió una profunda investigación.

El PRI es una fachada. Detrás de su rostro no hay nada. Su militancia es un puñado de seguidores aquí y otro grupúsculo más allá. Sólo tiene potencial ganador en municipios donde hay liderazgo, Cosoleacaque, Orizaba, Moloacán.

Sufrió la atomización de su base, el éxodo de la militancia, los que se fueron con Morena, el arribo a la tierra prometida y su conversión al obradorismo.

Fidelistas, duartistas, marcelistas, petroleros, campesinos, cañeros, vendieron su estructura, su capacidad operativa, su profundo poder corruptor.

El fidelismo hoy opera en Morena y en el Partido Verde (Anti)Ecologista de México. Javier Herrera Borunda, hijo de Fidel Herrera Beltrán, es secretario de Organización del comité nacional del PVEM. Apunta a ser candidato a senador, arrebatándole el espacio al morenismo.

Marcelo Montiel Montiel, ex alcalde de Coatzacoalcos, impuso a su hermano Roberto como presidente municipal de Puente Nacional. Llegó bajo las siglas del PVEM en alianza con Morena.

Las derrotas del PRI, de 2018 a la fecha, despiden tufo a traición. Son los priistas quienes votaron a favor de Cuitláhuac García hasta alcanzar un millón 600 mil sufragios. Fueron los priistas leales quienes le dieron sólo 350 mil votos a Pepe Yunes, entonces candidato al gobierno de Veracruz.

El prestigio de Pepe Yunes Zorrilla no está a discusión. Ni el del alcalde de Orizaba, Juan Manuel Diez Francos. Fuera de ellos, no hay figuras en el priismo para la sucesión en 2024. Sus cifras hablan. Sus resultados los avalan. Pero el punto no son ellos sino el descrédito del PRI.

Hay una discusión bizantina por la conformación del bloque opositor. Que si le entra Movimiento Ciudadano, que si el pastel se lo comen Pepe Yunes y José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado, amigo de Dante Delgado, dueño de MC.

O que el panista Julen Rementería tendrá que dejar pasar a Patricia Lobeira Rodríguez, alcaldesa de Veracruz puerto y esposa de Miguel Ángel Yunes Márquez. O al revés.

O que Héctor Yunes Landa —“Javier Duarte es mi jefe político”— se tira una nueva chamarra mental aspirando a la diputación local, porque vivir fuera del presupuesto es vivir en el error.

O que si Dante Delgado volverá a olvidar —ya lo hizo en 2018— cuando Miguel Ángel Yunes Linares lo encarceló y no tuvo piedad cuando le negó el derecho a salir a sepultar a su papá.

El dilema no es el bloque sino cuánto lastre traen. El PAN está partido en dos, el de los Yunes azules, que sólo pintan en la zona Veracruz-Boca del Río, y el de Julen, el Chapito Guzmán Avilés, Víctor Serralde y otros que odian a Chiquiyunes y a Fernando Yunes Márquez, el de la Torre Centro y otros negocios más.

O saber si suma o resta el Partido de la Revolución Democrática que no necesita estar dividido porque de hecho no existe, y si le obsesiona postular y adorar candidatos que provengan del PAN.

O Movimiento Ciudadano que se nutre de priistas, caso Coatzacoalcos, cuyo regidor, Luis Gutiérrez González, es un súbdito del alcalde de Morena, Amado Cruz Malpica, y todo le vota a favor.

Pero nada como el PRI. Es ejemplo de corrupción y traición. Ver al PRI es ver el rostro de Javier Duarte, Alito Moreno, Fidel Herrera, Arturo Bermúdez, Cisne Silva, Salvador Manzur, Tarek Abdala, Gabriel Deantes y otros que siete años después aún saltan de juzgado en juzgado por las denuncias que enfrentan.

Políticamente el PRI no vende. Su marca es el saqueo a las arcas públicas. Su marca es el robo. Su marca con las fortunas malhabidas, el desprecio a los pobres, el hundimiento de Veracruz. El PRI es el fraude electoral y el fraude a la ley. Su corazón ya no late. Está en fase terminal. 

Ese bulto trae a cuestas Pepe Yunes. Y por más que lo maquille, y por más que lo oferte, y por más que lo imagine como una nueva versión, el PRI sigue apestando a PRI.

Y es el muerto que Pepe Yunes tiene que cargar.

Archivo muerto

42 atrocidades son, quiérase o no, un escenario violento. Es el Veracruz real, el Veracruz de sangre. En 59 días, entre enero y febrero, se registraron 42 atrocidades, término dado por la organización Causa en Común, de María Elena Morera. A detalle, el recuento identifica siete asesinatos con violencia, cinco masacres —muerte violenta de tres o más personas en un evento—, y nueve feminicidios con extrema violencia. Causa en Común señala que en ese lapso ocurrieron ocho asesinatos en Poza Rica, un menor de 11 años victimado en Río Blanco, y otro evento brutal registrado en las Cañadas, cerca del aeropuerto Heriberto Jara, de Veracruz puerto, con saldo de seis víctimas, cuatro adultos y dos menores, familiares y amigo del polémico Fernando “Pino” Pérez Vega, obradorista, ex candidato a la alcaldía de Coxquihui. Veracruz es el sexto estado más violento de México.

Lo superan Chiapas, con 273 casos; Chihuahua, 134; Nuevo León, 122; Guanajuato, 117, y Guerrero, 92. La medición se realizó a partir de la información difundida en medios de comunicación, más real que la que proporcionan las fiscalías y policías del país, que suelen maquillar la estadística de sangre.  Son los datos duros, no los otros datos con los que el desgobernador Cuitláhuac García Jiménez intenta enmascarar el desastre violento en que está inmerso Veracruz… En 2018, Daniel Hernández León ya operaba para Morena.

Entró a la huasteca cuando nadie lo quería hacer. Estableció contactos, reactivó relaciones, buscó y halló a las estructuras magisteriales con las que se hablaba de tú. Y lo tradujo en votos. Era una elección clave. Andrés Manuel competía por la Presidencia de México, Rocío Nahle García y Ricardo Ahued Bardahuil por la Senaduría, Cuitláhuac García Jiménez por el gobierno de Veracruz. Amigo de Héctor Yunes Landa, con cuya generación priista se formó, nada tuvo que ver y nada lo ligó a los Yunes azules.

Pasó por la Dirección del Colegio de Bachilleres de Veracruz y ahí tuvo el contacto con las bases magisteriales que se convirtieron en motor del voto. Hoy es director de Transparencia en el ayuntamiento de Coatzacoalcos y en unos días más, director de Comunicación Social, el monstruo al que le comen las entrañas los que se supone son amigos del alcalde Amado Cruz Malpica… Que el rezago siga y los empleados del Poder Judicial descansen. Que se acumulen los expedientes y se postergue la justicia. Que reine la ausencia y se deje en la indefensión a las víctimas. Por la Expo Feria de Coatzacoalcos, el personal del Poder Judicial de Veracruz gozará de dos días de asueto. Así lo indica la circular No. 10, suscrita por el Consejo de la Judicatura, donde reina Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, otro de los inventos del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García.

El reino de la magistrada Lisbeth es de frivolidad pura y de zonas abandonadas, como el sur. Basta con verla entre los acarreados del bienestar, el 18 de marzo en la Ciudad de México, los que entonan loas al mesiánico Andrés Manuel, al que sólo le faltó montar un burro para entrar triunfante al zócalo de la ciudad de México, como lo hicieran Salomón y Jesús en Jerusalén, según el relato bíblico. Allá andaba la magistrada presidenta como si fuera una chaira con pedigrí. Sólo faltó cargar la matraca y hacerla sonar.

Sólo le faltó prender el incienso e hincarse ante López Obrador. Lisbeth Aurelia, súbdita irredenta de la 4T, no representa un poder autónomo en Veracruz, pues buena parte de lo que dirime en los tribunales procede de las vendettas e inquinas del primer círculo del gobernador Cuitláhuac García. Qué de extraño tendría entonces que que ante un evento rascuache, como es la Expo Feria Coatzacoalcos, les conceda a los empleados dos días de asueto, el 31 de marzo y el 3 de abril. La justicia, como de que no, puede esperar. Primero el placer y luego el deber… Un jefe policíaco en Chinameca, Tolín Reyes Bonilla, líderaba una banda de secuestradores. Y cuatro policías municipales de Coatzacoalcos usaban sus días francos para asaltar ciudadanos.

A Tolín lo pescaron en plena faena, la noche del 5 de marzo, en San Juan Evangelista cuando trasladaba a un adulto y un joven a los que plagió. Una patrulla de la policía de Chinameca escoltaba la unidad donde se halaban los plagiados. No intuyeron que la Marina los seguía desde que transitaban por el municipio de Acayucan. Al llegar a Mecayapan hubo un enfrentamiento en el que murió el joven secuestrado y un marino fue herido. Tolín Reyes, el secuestrador, por su cargo como director de la Policía de Chinameca, participaba en las Mesas para la Construcción de la Paz donde tuvo acceso a información de alta seguridad, acciones y operativos. O sea, el diablo halconeando en el reino de la verdad.

El alcalde Ramiro Alemán Valencia ya había sido advertido que su director de policía andaba chueco, pero nada hizo. Tolín Reyes y otros jefes policíacos operan en ayuntamientos gobernados por Morena. Dos semanas después, el 19 de marzo, cuatro policías municipales de Coatzacoalcos fueron aprehendidos. A julio César “N”, apodado “El Roki”; José María N, alias “Chema”, Emmanuel de Jesús “N”, con el mote de “El Chagala” y José Enrique N, alias “El Gallo” los sorprendieron asaltando transeúntes mientras se hallaban francos.

Ser policías era sólo una fachada. Su negocio —jugoso negocio— era operar como una banda delincuencial. Son la escoria policíaca, la que tiene a su cargo la seguridad, la que está en manos del contralmirante de Marina, Luis Enrique Barrios Ríos, señalado por la desaparición de 30 jóvenes durante el operativo Coatzacoalcos Seguro, un episodio negro del gobierno de Javier Duarte de Ochoa. Es la Policía Municipal de la que con tanto orgullo habla el alcalde Amado Cruz Malpica. Es la Policía Municipal de Coatzacoalcos, la que en los hechos le compite tú a tú al crimen organizado. Pero dice el gobernador Cuitláhuac García que Veracruz es ejemplo nacional de cómo se abate la inseguridad. Sírvanle la otra…

 

Si Dos Bocas se inunda, Rocío Nahle naufraga. Si Cuitláhuac reprime, y Bola 8 amenaza, y Cazarín roba, y Amado duerme, y Eusebia escandaliza, y su feudo político se destroza, Nahle se desploma. Y en las encuestas se le ve reventar.

Cada que llueve, la secretaria de Energía flota sobre un barril de petróleo, viendo los accesos a la refinería anegados, recordando que ahí, entre el lodo tabasqueño, se tejieron los negocios que alcanzaron al socio del compadre Quintanilla y a los amigos del esposo de Nahle, el célebre Pepe Peña Peña, el PPP.

Dos Bocas es un fiasco, un proyecto inaugurado e inacabado, por más que la zacatecana diga, jure, se ufane y hasta delire que la refinería le está quedando hermosa, como si los fierros de la industria tuvieran estética y los olores de los solventes fueran fragancia a rosas de jardín.

Nahle es una actriz, no del nivel de la Jones que se nos acaba de ir, ni con el talento de la Guilmain, pero sí buena para el “chow”, para calzar botas y ceñirse el casco de petrolera, aunque de hecho nunca laboró en Pemex, y así subir a tribuna cuando fue diputada federal por Coatzacoalcos, a lanzar berridos contra la reforma estructural del transa Peña Nieto.

Hoy sigue actuando. Las de la farándula política son así, de corrida larga. No hay día que en Instagram no muestre los avances de la refinería que debió entregar el 1 de julio de 2022, hace ya nueve meses, y tenga la desfachatez de proclamar que ya merito está.

Exalta la refinería como si no hubiera un catálogo de historias sórdidas detrás, como si su brazo derecho, el tal Leonardo Cornejo Serrano y un subalterno, José Aarón Marrufo Ruiz, no tuvieran señalamientos de corrupción, no hubieran sido cercanos a Emilio Lozoya, hoy el prisión, y no fueran los que más trato tuvieron con la nada limpia Odebrecht.

Exalta la refinería Olmeca como si ahí, en Dos Bocas, Tabasco, no lloviera y aquello no se volviera una alberca y porque sólo a ella se le pudo ocurrir que en el lodo de Paraíso se puede flotar.

Y exalta su bodrio de energía sucia como si el primer contrato, referente al tratamiento del suelo, no se le hubiere dado a los chicos de Huerta Madre, entre ellos Juan Carlos Fong Cortés, ligadísimo a Pepe Peña, el príncipe consorte, por razones que Rocío Nahle conoce a la perfección.

Fong es, por supuesto, la pieza clave de ajedrez. Es el que tiene en su haber pujas bancarias ayudando a ganar a Arturo Quintanilla Hayek, primo de Salma y compadre de Rocío Nahle.

La alberca de Dos Bocas pasa, ineludiblemente por la empresa Construcciones y Reparaciones del Sur, de Juan Carlos Fong, parte de Grupo Huerta Madre, constituido ocho días antes, cuyo contrato fue tasado en 5 mil millones de pesos. O sea que el primer misil de dinero paró en el clan Nahle-Quintanilla-Fong.

Otro contrato lo lleva un amigo de Pepe Peña de Nahle, el ex secretario de Obras Públicas en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, Leopoldo Suárez Fernández, vía la empresa LM VAGA Construcciones, S.A. de C.V., en la que Luis Mario Vadillo García funge como careta.

Hay evidencia de que el operador de la compañía es el tal Polo Suárez, y el contrato fue por mil millones de pesos. El clan Nahle come cortes finos, no pellejos.

Y así otros amigos de Nahle, desde constructores hasta transportistas, desde profesionistas hasta los de la mafia petroquímica. El animal es tan grande que entre muchos lo tienen que destazar.

Antes de la inauguración ficticia, el 1 de julio de 2022, Dos Bocas ya se inundaba. Y hoy se sigue inundando. En nueve meses, la ingeniero Rocío Nahle no lo ha podido arreglar.

Le quedan tres meses, plazo que le dio López Obrador. El próximo 1 de julio la alberca de Dos Bocas debe producir el primer litro de gasolina. Y para noviembre, como Rocío Nahle prometió, estará “a su máxima capacidad”. Y máxima capacidad significa 340 mil barriles de petróleo. Ajá.

En Dos Bocas se cifra su esperanza de vida política. Sin refinería no gobernará Veracruz.

Y con el desastre de Morena en Veracruz, la carcacha ya comienza a cascabelear.

Su banda política es netamente DE-LIN-CUEN-CIAL. El líder es Cuitláhuac García Jiménez, quien cobra por desgobernar Veracruz, y por vivir emperrado contra sus enemigos políticos, atestando las cárceles con presos políticos, usando el aparato judicial como mazo para sembrar el terror.

Le ayuda Eric Cisneros Burgos, alias Bola 8 o Boa 8, secretario de Gobierno, señalado en reportes del Ejército como protector de narcos. Es un bribón que no para de amenazar.
En el Congreso de Veracruz el sátrapa es Juan Javier Gómez Cazarín. El operador estrella de Rocío Nahle, aspirante a secretario de Gobierno, aterroriza alcaldes, los persigue, impone despachos contables en los ayuntamientos para realizar auditorías externas — BC Contadores y Consultores obtuvo un contrato sin licitación en Coatzacoalcos por 3.5 millones de pesos— y se le va encima al Órgano de Fiscalización Superior por observar pagos irregulares a las empresas que le son afines.

Y en Coatzacoalcos el alcalde Amado Cruz Malpica no despierta. 2022 fue un año perdido, sin grandes proyectos, con obra de remendón, mientras la inseguridad crece, los policías municipales delinquen y los negocios de los morenistas, priistas, ex perredistas florecen gracias a la Cuarta Putrefacción.

Y la diputada local Eusebia Cortés, hechura de Rocío Nahle, no tiene idea de qué aportarle al Corredor Interocéanico, le pone más atención a sus recetas de lavado de ropa con pachuli, y se enreda en escándalos de migrantes africanos sorprendidos en el hotel de la familia de asesora favorita.

Y así la Medel en Minatitlán con su huelga municipal de 69 días, y las transas de la familia de la alcaldesa de Nanchital, Esmeralda Mora, también comadre de Rocío Nahle.

El coto de poder de la secretaria de Energía, el feudo de la zacatecana, en el total naufragio.

Con esas transas, con Dos Bocas hecho un caos, con esos amigos delincuentes en el gobierno, las encuestas ya prenden alarmas. Nahle no avanza. Y en algunas ya ni pinta.

Rubrum, en su medición al 13 de marzo, omite el nombre de la secretaria de Energía entre los aspirantes de Morena. El mejor posicionado es el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, con 23.1 por ciento de intención de voto.

Le siguen el diputado federal, Sergio Gutiérrez Luna, alias Gutierritos, con 17.5; Eric Cisneros, 13.1 (a los de Morena les gustan los hampones); el delegado de Bienestar, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, 11.3; la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, Cecilia Guevara, 9.2, y en el fondo de la tabla el secretario nudista de Educación, Zenyazen Escobar García, 4.5 por ciento.

En la gráfica hay un espacio sin nombre, presuntamente el de Rocío Nahle. El 23 de febrero habría tenido 28.5 por ciento, pero ya no es mencionada. Un mes antes, el 30 de enero, registraba 29.5.

Los mejores números de Rocío Nahle fueron el 16 de septiembre y 13 de octubre de 2022 cuando superaba los 35 puntos.

El desplome de Nahle es dramático. La impacta el fiasco de Dos Bocas y la anulación de la Ley Nahle con el que pretendía ser considerada veracruzana modificando la Constitución de Veracruz, otorgando esa condición a los no nacidos en el territorio pero teniendo hijo jarochos. La Suprema Corte de Justicia de la Nación la mandó al diablo.

Ricardo Ahued dice una y otra vez que no lo involucren en la sucesión. Así decía de la alcaldía de Xalapa. No quería pero Morena sí lo requería. Al final contendió y evitó que se perdiera la capital.

En tres meses se definirá la suerte de Nahle. Si la alberca de Dos Bocas produce gasolina, se afianzará en la candidatura. Si no, ya pensará cómo amainar la furia de Andrés Manuel.

Y ni un alux o un chaneque la podrá salvar.

Archivo muerto

Un priista pro narco, Manuel Añorve, lidera al PRI en el Senado. Con un cuartelazo depone a Miguel Ángel Osorio Chong evidenciando que el tricolor es un bodrio que no le sirve a la oposición. Añorve, protegido de Manlio Fabio Beltrones Rivera, alias “Don Beltrone”, es el célebre malandro que siendo alcalde de Acapulco dejó pasar al crimen organizado y aquello se convirtió en un festín de sangre, levantones, secuestro y extorsión, iniciando la debacle del célebre puerto turístico que tanta gloria le dio a México.

Añorve llega al liderazgo del Senado impulsado por el sátrapa Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del PRI, intentando así anular las impugnaciones al acuerdo del Consejo Político Nacional con que Alito Malito extendería su gestión por un año más, para tener facultades para suscribir o no alianza con el PAN y PRD para contender por la Presidencia de México y meterle mano a las candidaturas en todo el país. Ocho de los 12 senadores priistas se prestaron a la treta, incluida Silvana, hija de Don Beltrone, y Beatriz Paredes Rangel, que pronto mostró que sus proclamas de legalidad y democracia son sólo cuentos para marear.

Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu Salinas, Nuvia Mayorga y Eruviel Ávila analizan dejar la fracción parlamentaria priista, integrarse a otro grupo parlamentario, posiblemente Movimiento Ciudadano, y convertir al PRI en cuarta fuerza política en el Senado. Eso es el PRI, un muerto que todavía no sabe que está muerto. Ese PRI, el de Alito Malito, Beltrones y Añorve, no le sirve a México. Y todo porque Alito Moreno sigue al pie de la letra la instrucción obradorista para reventar a Va por México, la alianza PRI-PAN-PRD… Con las esposas en las manos, Florencio Hernández pasó de juez a reclusoLe ejecutaron una orden de aprehensión, el jueves 23, a las puertas del Poder Judicial de Veracruz, en Xalapa.

Se le acusa de recibir dinero para liberar a 70 reos, procesados por delitos como homicidio doloso y secuestro, así como pederastia, a lo largo de siete meses. Había acudido a una cita ante el Consejo de la Judicatura relativa a su suspensión, que data ya de un año. Era juez de control en el Juzgado de Proceso en Coatzacoalcos. En el Poder Judicial de Veracruz tienen en la mira a varios juzgadores más. Que ponga sus barbas a remojar el juez Mario Vivanco Gastélum, no porque sea del clan de los cohechados sino por el caso que en los próximos días tendrá que resolver. Le toca determinar si vincula a proceso a Alejandro “N”, notario público asentado en Chinameca, acusado de violencia intrafamiliar en agravio de su ex pareja, de amenazas y de intentar lanzarla desde un balcón.

Un auténtico infierno el que vivió su ex. Una vida de perros desde que residían en Canadá, continuando los desfogues emocionales en la Ciudad de México y rematándolos en Coatzacoalcos. Así lo describe la víctima en su denuncia penal. La respuesta del notario fue tan infame como estúpida. Alejandro “N” le imputó a su ex, robo de un anillo y de su patente notarial, que supuestamente tenía en casa pero que debía estar en su oficina de trabajo como señala la Ley del Notariado. Vivanco tiene una papa que arde entre las manos. Ante el cúmulo de evidencias, no hay cómo evitar la vinculación. Pero si actúa a favor del notario golpeador, se armará la grande. Ya vio cómo terminó Florencio Hernández, quien creía que la impunidad era eterna… 

Un Oscar para Rocío Nahle por la ocurrencia del año. Anda fraguando concederle a su mozo de estoques, Miguel Pintos Guillén, la candidatura de Morena a la diputación federal por Coatzacoalcos. Ha de tener amnesia. Seguro olvidó que Miguel Pintos, siendo secretario del ayuntamiento de Coatzacoalcos, estuvo implicado en el escándalo del acta de cabildo falsa, usada para conculcarle a Ember Ballinas García su derecho a mantener las dos canchas de pasto sintético en la Unidad Deportiva Miguel Hidalgo, a fin de erigir ahí el Parque Ecológico construido por Petróleos Mexicanos con fondos del Programa de Apoyo a Comunidad y Medio Ambiente, durante el ayuntamiento morenista de Víctor Manuel Carranza Rosaldo, alias “El Comediante Supremo”, otro tamal de la señora Nahle.

Ember esgrimió todo el tiempo que su concesión se acreditaba con el acta emitida por el cabildo de Coatzacoalcos en tiempos de Joaquín Caballero Rosiñol, de la cual dio constancia y certificó el Congreso de Veracruz. Pero como se trataba de atropellar sus derechos, Miguel Pintos presentó un acta falsa para consumar el atraco. Y ahora la secretaria de Energía lo trae en mente para contender por la diputación federal en el distrito de Coatzacoalcos. Se le extravió la moral a Rocío…

Obsesión por los presos políticos

Viernes, 24 Marzo 2023 09:25

 

Hay una obsesión que pierde a Cuitláhuac: los presos políticos. A Del Río Virgen lo aprehendió y lo tuvo que soltar. A Rogelio Franco, Nico Ruiz, Goyo Gómez y Tito Delfín, los retiene con trapacerías y violando la ley.

Lo pierden los presos políticos. Los quiere fríos, olvidados, inermes. Se empeña en retenerlos tras las rejas, infamarlos con mentiras, inventarles delitos, fraguar montajes, usar a jueces podridos para vincularlos a proceso y cuando se extinguen los cargos y son liberados, los vuelve a aprehender.

Una hiena es más noble que el gobernador de Veracruz. Abre los ojos cada mañana intentado cristalizar sueños de venganza, asediar la presa, destazar a sus enemigos y beber la sangre de las víctimas.

Para eso — cree el insensato— es el poder.

Lo mueve la inquina que llevó a encerrar a Abimael Merino, regidor de Sayula de Alemán, por ser adepto de Adán Augusto López Hernández y no de Rocío Nahle, acusándolo de violencia política contra la alcaldesa Lorena Sánchez Vargas, sobre la que pesan denuncias por usar documentos apócrifos con firmas falsas para meterle la mano al cajón de la Tesorería municipal. Luego le agregaron cargos por ataque a la libertad de reunión.

O a Rafael González Cárdenas, ex tesorero sayulense por no dejar que la alcaldesa Lorena Sánchez Vargas dispusiera de los recursos municipales violentando la ley. Primero le enviaron a un grupo de sicarios a hogar, sin que se hallara ahí, y después le armaron un montaje, sembrándole armas y droga, aprehendiéndolo en un sitio distinto al que aparece en el reporte policíaco.

Y tuvo a Pasiano Rueda, hoy alcalde de Jesús Carranza, un año en el reclusorio Duport Ostión, en Coatzacoalcos, por haber derrotado a Morena en la elección municipal de 2021. Maniobró para no hacer efectivo un amparo que le otorgó la libertad, mientras Pasiano, desde prisión, ganaba la elección extraordinaria bajos las siglas del Partido del Trabajo. Lo tuvo que dejar en libertad.

No son políticos presos. Son presos políticos.

Obsesivo y demente, el gobernador alucina con el PAN y el PRD, con panistas y perredistas. Y si puede, se jode a Movimiento Ciudadano. A los priistas no. Con esos vive un arrimón. Lo tienen, diríase en términos coloquiales, trabado.

A Tito Delfín lo encarceló cuando contendía por la presidencia del Partido Acción Nacional en Veracruz. Desempolvó una denuncia urdida por el yunismo azul cuando Tito rivalizaba con la monarquía de Miguel Ángel Yunes Linares y el fiscal Jorge Winckler Ortiz lo acalambró.

Cuitláhuac, vía la fiscal espuria, Verónica Hernández Giadáns, judicializó el caso. Le dio curso a las imputaciones que le hacían —imputaciones que provenían de la denuncia yunista— luego de su paso por la alcaldía de Tierra Blanca. Ya había sido presidente municipal de José Azueta, cercano al ex gobernador priista Fidel Herrera Beltrán, y muy consentido por Javier Duarte.

Tito Delfín perdió la memoria y se alió con sus antiguos y acérrimos enemigos, o mejor dicho, sus verdugos, los Yunes azules, que también sufrieron amnesia, para capturar la presidencia del PAN estatal. Y fue cuando Cuitláhuac García lo encarceló.

 

Tito Delfín Cano fue detenido en un retén policíaco sobre la carretera Álamo-Cazones, el 27 de noviembre de 2021. Su aprehensión fue política.

Vía una sólida defensa legal, logró desestimar los cargos. Salía de prisión, el 24 de septiembre de 2022, cuando le ejecutaron una nueva orden de aprehensión por delito ambiental, la clausura de un basurero cuando fue alcalde de Tierra Blanca. Sigue preso en la cárcel de Pacho Viejo.

 

A Gregorio Gómez Martínez lo levantó —7 de abril de 2021— una decena de tipos, vestidos de civil, portando chaleco antibalas y armas de fuego. Se hallaba en Tihuatlán, por cuya alcaldía habría de contender bajo los colores del Partido de la Revolución Democrática, aliado al PRI y PAN.

Horas después, trascendió que estaba acusado de robo de autopartes, portación de armas de fuego, posesión de vehículo con reporte de robo, narcomenudeo y ultrajes a la autoridad.

Confinado al penal federal en Miahuatlán, Oaxaca, lejos de du familia y seguidores, pudo vivir el triunfo de la oposición en Tihuatlán. Y a la vez, ir venciendo al gobernador en el proceso legal. Nada le pudieron probar.

Pero el día en que le otorgaron un amparo —marzo 17 de 2023—, le hicieron efectiva una nueva orden de aprehensión por los delitos de homicidio doloso y tentativa de homicidio.

Es un preso político.

A Rogelio Franco Castán, ex secretario de Gobierno en el régimen yunista, ex líder estatal del PRD, ex diputado federal y local, Cuitláhuac García lo convirtió en su rehén favorito.

Fue detenido el 13 de marzo de 2021, hace ya dos años. Le imputaron ultrajes a la autoridad pues estaba amparado por una acusación de violencia intrafamiliar promovida por su ex esposa. Luego le imputaron malversación de recursos en la Secretaría de Gobierno.

Todo lo ha desvanecido. Ha logrado el amparo de la justicia federal. Sus hijas han encabezado marchas exigiendo que los jueces federales se apliquen y lo han logrado.

Cuitláhuac lo envió inicialmente al penal de La Toma, en Amatlán de los Reyes, poniéndolo en manos de reos de alta peligrosidad que Miguel Ángel Yunes llevó a prisión.

Nada le han podido probar. Ya sólo queda el caso de la supuesta violencia intrafamiliar en el que las tres hijas niegan el clima de agresión y, en cambio, refieren mala conducta de la madre.

A Nicolás Ruiz Roset lo aprehendieron, el 24 de abril de 2021, al iniciar la contienda por la alcaldía de Minatitlán. Era candidato del PAN-PRI-PRD, enfrentando a la dupla Morena-Sindicato Petrolero.

Los líderes de la Sección 10, Jorge Wade González; su hijo Saúl Wade León, y la esposa, Reyna León Cheluja, priistas de membrete, se habían amafiado con el obradorismo desde 2017.

Acusado de un secuestro que nunca existió, con testimonios sin sustento, los esbirros de la Fiscalía lo trasladaron a Pacho Viejo. Meses después, fue enviado al penal de Miahuatlán, Oaxaca.

Sólo José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado, hizo añicos a Cuitláhuac y su mastín, Eric Cisneros Burgos, secretario de Gobierno. Le imputaron la autoría intelectual del homicidio del ex candidato de MC a la alcaldía de Cazones, René Tovar.

Le arrojaron el aparato judicial y, en respuesta, el Senado se les fue encima. Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena, emprendió una batalla mediática y política.

Tuvo que intervenir el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, cuando Monreal ya preparaba la desaparición de poderes en Veracruz. Y Cuitláhuac soltó a Del Río Virgen, amigo entrañable de Dante Delgado Rannauro, líder nacional de Movimiento Ciudadano.

Cuitláhuac García es una piltrafa. Reprime y persigue, inventa delitos, fabrica culpables, usa el aparato judicial contra sus enemigos políticos. Ni Gutiérrez Barrios, ni Acosta Lagunes, ni Chirinos, ni Alemán, ni Fidel, ni Duarte, ni Yunes llegaron a tanta degradación.

La demencia política de Cuitláhuac es el rostro de Morena en el poder. Lo obsesionan los presos políticos, sus cuerpos tras las rejas, sus mentes erosionadas por el encierro, el ambiente de terror.

Es un peligro para Veracruz.

Archivo muerto

Cuchillos y balas para Daniel Hernández León porque el tigre es bravo. Será el nuevo director de Comunicación Social en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, a contrapelo del grupo de amigos-enemigos del alcalde Amado Cruz Malpica, entre ellos Samuel Ordaz Ortega y Jesús Martínez.

No sólo lidiará con la prensa incómoda, la que hurga y hace brotar pus, la que cuestiona al edil y su familia, la que halla negocios y corruptelas bajo la alfombra, sino con el fuego amigo de los sátrapas que succionan la nómina municipal.

Con un kilometraje bárbaro, Daniel Hernández pasó por la dirigencia nacional de la juventud priista, donde alcanzó el cenit y luego descendió a los infiernos; vivió en la penumbra política, resurgió de sus cenizas, llegó a ser titular en la delegación de Tránsito de Coatzacoalcos, dirigente priista, operador del ex alcalde Iván Hillman Chapoy, y hoy director de la Unidad de Transparencia en el ayuntamiento morenista. Si los cuchillos tienen filo, si las balas son expansivas, habrá de pulverizar a los amigos-enemigos de Amado.

Porque si algo se le conoce al buen Dany, es que cuando lanza la daga o jala el gatillo, el tiro no falla… Mil civiles ajusticiados traen en su haber las fuerzas armadas con López Obrador. Con los cinco asesinados de Nuevo Laredo, la cifra alcanzó 999 casos.

O sea. Andrés Manuel es igual a Felipe Calderón, igual a Enrique Peña Nieto. En los mismos cuatro años de gobierno, con el panista Felipe Calderón las ejecuciones extrajudiciales llegaron a mil 141 víctimas; con Enrique Peña Nieto fueron mil 201.

Literalmente, los entes de gobierno armados —Ejército, Marina y Guardia Nacional— han mantenido su conducta violenta. En los tres últimos sexenios, en el mismo período de cuatro años, las cifras se han mantenido. Con su estrategia de “abrazos, no balazos”, Andrés Manuel López Obrador se enfilaba a disminuir el récord de sangre por inacción, por no enfrentar a los cárteles.

En 2019 hubo 234 casos; en 2020 fueron 298 y 2021 disminuyó a 212. Pero en 2022, cuando vio que el dominio del crimen organizado crecía, cambió la estrategia y el Ejército, Marina y Guardia Nacional pasaron a la ofensiva. Y se fueron sobre los civiles “armados o desarmados”, refiere el consultor en seguridad, David Saucedo, entrevistado por el periódico El Universal. El récord de muerte está contenido en el Índice de letalidad de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, auspiciado por la Secretaría de la Defensa Nacional.

O sea que el presidente López Obrador los tenía huyéndole al crimen organizado y cuando los envió a combatirlos terminaron incurriendo en ejecuciones extrajudiciales de civiles “armados o desarmados”.

Si hubiera cumplido su promesa, si hubiera regresado a las fuerzas armadas a los cuarteles, Andrés Manuel no se habría manchado las manos de sangre. Pero se las manchó… Movimiento Ciudadano ya tiene su estrella. Es Marcia Mora. Es la esposa —o ex— de Pedro Martínez Escudero, el constructor de fortunas exprés que devino en el fraude de Cofisur —Cooperativa Financiera del Sur—. Marcia Mora se autobalconea en las redes con el emblema de Movimiento Ciudadano y la leyenda “Es el futuro de Coatzacoalcos”.

Así, protagónica, solía robar cámara en los días de gloria de la financiera Cofisur, atrayendo clientes, manejando depósitos, dispensando intereses altísimos que llevaron a cientos a invertir millones y más millones de pesos hasta que la burbuja reventó, el dinero se esfumó y se quedaron sin cobrar.

Hay decenas de fotografías de Marcia Mora y Pedro Martínez Escudero con el entonces alcalde Marcelo Montiel Montiel en eventos de Cofisur, el Mochisur entre otros, proyectos que servían para nutrir su cartera de incautos. Y el marcelismo se regodeaba.

Era el amorío del poder político y el poder económico. Y los voraces de corazón seguían cayendo. Así hasta que el fraude se consumó. Fueron mil 800 millones de pesos que los ahorradores no volvieron a ver.

Salvo un directivo que paró en la cárcel, la plana mayor de Cofisur se peló. Y hoy Marcia Mora, de la mano de Christopher Alan Santos Castillo, líder y gurú de Movimiento Ciudadano, ya se ve enfilada a la candidatura a la diputación federal por Coatzacoalcos. A menos que los defraudados de Cofisur alcen la voz y revivan su historia y su tragedia…

Onésimo Mendoza está pelas y aún quiere patalear. A paso lento, va entregando la Dirección de Obras Públicas Municipales, cesado por una investigación interna que confirmó el nepotismo en que incurrió al tener a su lado, con cargo de supervisor en el área de construcción, a su hijo Víctor Manuel Mendoza Villegas, y por lo menos tres denuncias de contratistas que acusan la exigencia de pagos a cambio de realizar obra. Onésimo Mendoza va a contrapelo del dictamen emitido por la Contraloría Municipal de Coatzacoalcos y es un hecho que será inhabilitado para ocupar cargos públicos.

El dictamen irá al Tribunal Estatal de Justicia Administrativa de Veracruz y ahí ya no tendrá más que apechugar. Serán años fuera del gobierno.

Las obras asignadas estarán bajo investigación y los constructores que hayan incurrido en el pago del diezmo serán sancionados y sus contratos, rescindidos. Un escándalo de corrupción mayúsculo que alcanza al director general de Obras Públicas, Arturo Delgadillo Medina, al que tienen en la mira en el círculo cercano al gobernador Cuitláhuac García…

La ministra no se toca, se quema

Miércoles, 22 Marzo 2023 18:16

A unos metros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se pasea la imagen de la ministra Norma Piña y es insultada, vejada, destrozada. Corean condenas. “Que renuncie”. “Es un honor estar con Obrador”. Y le prenden fuego.

A unos metros de la Suprema Corte, los Torquemadas de la Cuarta Transformación vacían la entraña. Gozan con las llamas. Festinan el mensaje. Quien proclame la independencia del Poder Judicial, debe arder.

Y el aquelarre es grotesco. La Santa Inquisición Cuatrera no va por los libros, ni por las herejías, ni por las blasfemias. Va por la ministra presidenta por no haberse hincado ante Andrés Manuel López Obrador.

Y por no ser cortesana y servil. Y por pintar su raya. Y por exaltar a las mujeres y refrendarles que en su día, el 8M, sólo ellas deben hablar. No como el mesiánico de palacio nacional que en el Día Internacional de la Mujer la figura debe ser él.

Y por respaldar a jueces que no consintieron las trastadas del gobierno de Andrés Manuel, a los juzgadores perseguidos de la Santa Inquisición Obradorista que liberaron presos políticos y ampararon a los que vieron violados sus derechos.

Y porque la ministra no se arredra. Ni se inmuta ni da un paso atrás. Ni le ha consentido al presidente el asalto a la Constitución, siendo la integrante del Poder Judicial que más le ha votado en contra sus ocurrencias y agravios a la ley.

Y la horda no la toca; la quema. Así el simbolismo de la piñata gigante, la imagen de cartón con la efigie de la ministra presidenta, a la que lanzan al suelo del zócalo y pisan y patean, a la que le corean “que renuncie, que renuncie” mientras a la ministra plagiaria, Yasmín Esquivel Mossa, ladrona de tesis, la consienten por ser cómplice de López Obrador.

E inicia el cántico del Santo Oficio obradorista: “fuego, fuego, fuego”. Y la efigie de la ministra Norma Lucía Piña Hernández comienza a arder.

Y todo ocurre a unos metros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el edificio vecino del reyecito de Palacio Nacional.

Era sábado, 18 de marzo, día de conmemorar la expropiación petrolera. Pero el festejo se opacó. Las llamas consumiendo la efigie de la ministra presidenta, se robaron la función.

Norma Lucía Piña Hernández ha sido el acertijo que López Obrador no sabido resolver. Un día elogia que no sea servil y al siguiente acusa que es parte de la mafia del poder.

Un día intenta arrogarse el mérito de que la ministra no se haya puesto de pie para alabar a su Trastornada Majestad en el día de la Constitución, en Querétaro, aduciendo que si preside el Poder Judicial de la Federación es porque México ya cambió, que gracias a Andrés Manuel encabeza la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Y luego la vuelve a embestir.

Vencido por el pleno de ministros, desechada la osadía de intentar imponer a Yasmín Esquivel, una delincuente que plagia, miente, amenaza, atropella, pretende amordazar a la UNAM, presiona al abogado al que le robo la tesis, López Obrador encontró una piña dura de roer.

Ya como cabeza de la Suprema Corte, el deslinde es claro. La autonomía es tangible. La dignidad es inquebrantable.

Que los jueces resistan y sean prudentes, insta Norma Piña.

Que el Poder Judicial Federal mantenga su independencia, fundamental para cristalizar la justicia.

Que se lea claro que basta mayoría simple en el pleno de ministros para determinar que una ley se invalida por los efectos inconstitucionales que pueda provocar.

Y ahí, justo ahí, se jode el Plan B de Andrés Manuel para cooptar, destazar y destruir el sistema electoral.

Fue Norma Piña quien realizó la consulta. Con mayoría simple, seis de 11 ministros, se puede declarar nula una modificación a la ley que provoque efectos inconstitucionales. Y la secundó su antecesor, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, que hasta entonces fue obradorista. Siguió el ministro Luis María Aguilar Morales, que apoyó la propuesta. Y la votación avaló que no se requieren las dos terceras partes en cuestión de efectos.

El dardo dio en el pecho que no es bodega de López Obrador. Y el veneno se esparció. Su Plan B, sus trampas legaloides a leyes secundarias para destrozar el sistema electoral, no pasarán.

Obvio, el 18de marzo fue día de enviar mensajes… y amanazas.

Sólo una figura ardía en el zócalo. No era Salinas de Gortari, ni Felipe Calderón, ni García Luna, ni Claudio X. González, ni Rosario Robles, ni Loret de Mola, ni Riva Palacio, ni López Dóriga, ni Jorge Ramos, ni Nayeli Roldán, ni Junco del Reforma, ni Ealy de El Universal, ni los Scherer de Proceso. Ninguno de ellos estuvo ese día en la agenda de la diatriba. Era Norma Piña, su efigie, la ministra presidenta que es mil veces superior a López Obrador.

Diría el mesiánico que la quema fue una expresión minoritaria. Falso. Fue la expresión física del discurso de odio de Andrés Manuel.

La secta se mueve así. La secta “razona” así. La secta vacía la tripa así, imitando a López Obrador.

Diría el presidente que fueron unos cuantos y que lo hecho es condenable. No. Lo hecho es la traducción de sus iras. Las hordas quemando la representación de la ley; festinando los fuegos que consumen la imagen de quien no se somete al capricho del aspirante a dictador.

Forma es fondo, reza la máxima política. Forma es una turba de fanáticos que arremeten contra la imagen con la que representan a quien preside el máximo tribunal del país.

Fondo es el mensaje a la Corte. Si los ministros no obradoristas traen en mente no hincarse ante López Obrador, las amarras del tigre quedarán sueltas, como amenazaría en sus días de candidato presidencial.

Si los ministros desechan el Plan B electoral de Andrés Manuel, la quema seguirá.

Sobre la plancha del zócalo, el Santo Oficio está de regreso. La Inquisición de los progres tienen licencia para invocar el fuego.

Los Torquemadas de la Cuarta Transformación ya no van por libros, ni por herejías, ni por blasfemias. Van por los contrapesos al Ejecutivo, los que disienten, los que encaran, los que confrontan al narciso de la frustración.

A la ministra no se le toca; se le quema.

Archivo muerto

Cuatro años y no terminan con el saneamiento de Las Matas. Cuatro años perdidos. Cuatro años en que ha persistido el atentado al medio ambiente. Desde aquel 1 de febrero de 2019, cuando Andrés Manuel López Obrador ofreció atender el impacto generado por las miles de toneladas de basura depositadas diariamente por los ayuntamientos de Coatzacoalcos y Minatitlán, poco o nada ha ocurrido. Se lucró con el impacto ambiental, el daño a la salud, la contaminación de los mantos freáticos.

Lucró Rocío Nahle García, secretaria de Energía, pavoneándose en videos, notas de color, gacetillas a cargo de sus chayoteros a sueldo, pero en los hechos fue verbo y rollo. Al quinto año de gobierno, López Obrador vuelve a ofrecer el mismo sapo. Se lo van a comer los que gustan deglutir las fantasías del rey cuatrero. Ya en el quinto año, la secretaria de Medio Ambiente, María Luisa Albores, presume avances del 34, 38 y 41 por ciento en tres áreas del basurero, pero del sitio que servirá como nuevo confinamiento, ni estudios hay. Y por supuesto, vendrá la asignación de la concesión al amigo, socio o compadre que se encargará del nuevo confinamiento.

Y en una de esas Arturo Quintanilla y hermanos se salen con la suya y hacen realidad el tiradero de Chinameca que no han dejado de construir a contrapelo de lo que el pueblo decidió y por lo que los chinamecanos están dispuestos a incendiar la sierra… Unos cuantos vientos y se destartalaron las instalaciones de la Expo Feria.

Algo de los 20 millones destinados al mantenimiento y reparación de áreas, se los llevó el norte. Volaban las láminas y se estremecía las estructuras de los stands de la feria, que esperan recibir a cientos de miles de visitantes, porque, eso sí, a falta de sitios donde ir, la Expo de Coatzacoalcos sirve para desfogar los ánimos así sea por 10 días y nada más.

Pega el norte dos semanas antes del inicio de la Expo y sólo impacta en lo material. Malo que otra ventolera arrase con láminas y postes, estructuras mal tratadas, mal reforzadas, cuando ya esté en marcha la feria. Recuérdese que la Expo de Coatzacoalcos conlleva algo de maldición.

En pleno evento, en los años 90, un temporal acabó con el palenque minutos antes que se presentara la jarocha Yuri. Las ventiscas era impresionantes. Se caía el cielo sobre Coatzacoalcos. En un abrir y cerrar de ojos, todo se había inundado. El sonido local conminaba a desalojar pues en máximo 10 minutos se cortaría el suministro de energía eléctrica. Al día siguiente, los estragos revelaron falta de drenaje pluvial. Los contratistas encargados de realizar el remozamiento de la Expo lo cobraron pero no lo realizaron. Fue un fraude. Fue un robo millonario.

La naturaleza, con su fuerza impresionante, puso a flote la trastada. Una auditoría reveló el tamaño de la transa y la responsabilidad del entonces presidente de la Expo Feria, Leonel Azuela Córdova, quien al final y luego de mil peripecias legales logró evadir la ley. Hoy, un norte intenso ya voló algunas láminas. Algo de los 20 millones destinados al remozamiento de la Expo se perdió. Lo que se hace mal, termina mal… Al socio de Daniel Aguilar Avendaño debieran decirle “El “Milusos”.

No sólo da mantenimiento a vías del tren sino que construye estacionamientos y lo que le pongan a su alcance. Irving Campos González, el socio “milusos”, va con Grupo Raudales, de Daniel Aguilar, en la construcción de las vías de ferrocarril que agilizarán el transporte de productos en la terminal marítima de Pajaritos hacia el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, por el que ganarán 345 millones de pesos, quizá algo más.

Irving Campos González ganó otra asignación, asociado a Marissa Matus Ochoa, para la construcción del estacionamiento de empleados de la Administración del Sistema Portuario Nacional (Asipona) en Coatzacoalcos, y en otra, la del mantenimiento al drenaje pluvial, rehabilitación de tapas de trincheras y colectores principales en el recinto portuario, Irving y Marissa compitieron uno contra la otra. O sea, a veces son rivales y a veces son socios. Mientras, el que se sacó el premio mayor fue Grupo Raudales, de Daniel Aguilar Avendaño. Cuando se sepa quién es el padrino detrás de Irving Campos, en la Sener va a temblar…