Viernes, 17 de May de 2024
Mussio Cárdenas Arellano

Mussio Cárdenas Arellano

Atrapado en el mundo de las letras y la denuncia social, Mussio Cárdenas Arellano cuenta ya con un extenso kilometraje recorrido en el periodismo. Lejano parece ya aquel 1978 cuando en Coatzacoalcos, su tierra natal, escribió sus primeras notas. Transitó por la entrevista, el reportaje, la crónica, el artículo y la columna política. Fue corresponsal de la revista Proceso, Imevisión, IMER, Contralínea; fundador de las revistas Contacto e Informe Rojo; analista político en radio y televisión, y ganador del Premio México por columna política, en 2009, otorgado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de México (FAPERMEX). Su contacto con el periodismo viene de familia. Su padre, Mussio Cárdenas Cruz, y sus tíos Emilio, Francisco y Paulino, constituyen una dinastía de periodistas veracruzanos de reconocido prestigio. Actualmente escribe la columna Informe Rojo, que se publica en portales en internet y medios escritos con amplia aceptación entre la opinión pública.

mussioc2@gmail.com

 

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Al fidelismo se deben Los Zetas y su imperio de sangre, y el Cártel del Golfo financiando campañas del PRI, y la violencia y la degradación de la seguridad que cobró miles de vidas. Y Rocío Nahle se pavonea con el hijo de Fidel.

Del fidelismo emergieron Javier Duarte y otros ladrones, operando el saqueo, arrasando el erario, creando empresas fantasma, robando a lo bestia, tejiendo la red que llevó a la quiebra al gobierno de Veracruz. Y Rocío Nahle se coloca a la diestra del hijo de Fidel.

Al fidelismo le sobró soberbia y le faltó humildad. Y el de Nopaltepec llegó a pregonar que gozaba de la “plenitud del pinche poder”. Y Rocío Nahle, hombro con hombro con el hijo de Fidel.

Y hubo destrampe y amores furtivos: las novias del poder, las celestinas del sur, la quinceañera precoz, la reina del carnaval, el harem de las barbies, la carne de placer, el atleta sexual. Y Rocío Nahle le sonríe al hijo de Fidel.

Se corrompió a la prensa servil. Se asedió al periodismo crítico. Y mataron a Raúl Gibb y tres periodistas más, y ahí comenzó la embestida, el baño de sangre, el récord de muerte que hizo de Veracruz el peor lugar para el oficio de informar. Y Rocío Nahle le hace un guiño al hijo de Fidel.

Y soltaron las amarras. Y auspiciaron a César del Ángel —que Dios lo tenga donde lo deba tener—. Y se encueraron los 400 Pueblos atacando fachadas, lanzando pedradas, siendo el ariete violento de una pandilla cruel. Y Rocío Nahle recibe los elogios del hijo de Fidel.

Sobre las cenizas de ese régimen rapaz, Rocío Nahle García reaviva una alianza con los artífices de la destrucción de Veracruz.

Nahle se vio con Javier Herrera Borunda, secretario de Organización del Partido Verde Ecologista de México, en el Senado. Debió centrarse la atención en el coordinador de los verdes, senador Manuel “El Güero” Velasco Coello, pero la figura fue el hijo de Fidel Herrera Beltrán.

Tres imágenes corrieron por las redes sociales. Y de ahí a los medios. Y en ellas el mensaje político.

Aquel día —marzo 9— se habló de agenda energética, de inversión, de energías limpias, de sustentabilidad. Fue una pantalla. Los payasos verdes acudieron a evidenciar el amarre con Nahle. Pasarán la factura cuando sea gobernadora y el fidelismo regrese al poder.

Concluido el cónclave, Javier Herrera Borunda escribió la frase crucial:

“Platico con mi amiga, la Secretaria de Energía del Gobierno de la República, Rocío Nahle. Mujer que con un trabajo permanente de más de 30 años ha mostrado su cariño a nuestro querido Veracruz. ¡Abrazo fuerte!”.

El énfasis en los “más de 30 años” en que “ha mostrado su cariño a nuestro querido Veracruz”, refrenda la alianza.

El pacto con los depredadores de Veracruz ya existía. Estaba en un impasse. El fidelismo y el duartismo fueron factor para el triunfo obradorista en Veracruz, en 2018. Ganó Andrés Manuel López Obrador. Ganó Cuitláhuac García. Ganó Rocío Nahle. Ganaron los candidatos de Morena. Todos hicieron perder al yunismo azul.

Y ahora Rocío Nahle los vuelve a invocar.

Vapuleada por el fiasco de Dos Bocas, por la política de energías sucias, por la intransigencia que la distingue y hasta por la tramposa Ley Nahle con la que se quiso inventar como veracruzana, y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación invalidó, Rocío Nahle recurre a la escoria que acabó con el futuro de Veracruz.

Con Fidel Herrera se dio el financiamiento del Cártel del Golfo a la campaña del PRI, en 2004, según testimonios en un juicio en Estados Unidos, ventilado por Miguel Ángel Yunes Linares.

Con Fidel Herrera reinaron Los Zetas, erigieron el imperio de sangre, controlaron el trasiego, la trata de migrantes, el secuestro y la extorsión, y el terror que permeó en la sociedad.

Fidel Herrera dejó una herencia sombría: 34 mil millones de pesos de deuda, la mitad con bancos, la otra mitad con acreedores a los que no les quiso pagar. Consta la cifra en el Plan Veracruzano de Desarrollo elaborado por Javier Duarte, su sucesor y corresponsable en el manejo de los dineros, siendo secretario de Finanzas de aquella administración.

Y con ese fidelismo pacta Rocío Nahle.

Sin el fraude electoral, el fidelismo se habría extinguido. Fidel Herrera inyectaba recursos públicos a las campañas del PRI. Y hablaba de más. Todo salió a la luz cuando un arsenal de audios llegó a la prensa en la elección de 2010.

Ahí se le escuchó decir: “Estoy en la plenitud del pinche poder”. Y comentar con “Goloso” sobre los jingles de campaña. Y sobajar a Javier Duarte: “anda reapendejado”. E instruir a Marcos Estrada, candidato a diputado por el distrito Coatzacoalcos II, que repartiera el dinero —“dale a todos”—. Y que Pepe Robles, dueño de Diario del Istmo e Imagen de Veracruz, era un “succionador profesional”.

Y hubo barbies para cualquier ocasión, y novias del poder, y la celestina del sur, y la quinceañera precoz, y la reina del carnaval. Un atleta sexual y un harem de placer.

Y con ese fidelismo pacta Rocío Nahle.

Fue en el fidelismo que inició la embestida contra la prensa. Asesinaron a Raúl Gibb, director de La Opinión de Poza Rica, luego de publicarse que las patrullas de policía andaban sin combustible. Cayeron tres periodistas más. Y en el sexenio de Javier Duarte mataron a 17 comunicadores; en el de Yunes, cuatro, y en el de Cuitláhuac García van seis. La mayoría atribuible al crimen organizado.

Javier Duarte de Ochoa hizo lo mismo que Fidel pero sin control. Deuda y más deuda, y un Congreso cómplice, diputados deshonestos, serviles, aprobando todo sin chistar, rompiéndole el alma a Veracruz.

El saqueo duartista fue descomunal. 35 mil, 40 mil o hasta 80 mil millones de pesos robados al erario, vía empresas fantasma que facturaban, cobraban y remitían el dinero a empresas fachada, algunas de ellas inmobiliarias en Estados Unidos, y los operadores financieros que solían comprar ranchos en México, yates, cuadras de caballos, el delirio de la esposa de Javier Duarte, Karime Macías Tubilla, la “gobernadora” de facto.

Y el desastre en seguridad. Los cárteles apoderados de Veracruz, secuestrando, extorsionando, arrancándole la vida a la gente, mutilando, cocinando en ácido, desapareciendo jóvenes. Y proliferaron las fosas clandestinas. Y la Policía Estatal implicada, actuando como cómplices, como halcones cuya misión era informar. Y torturar y borrar rastros y huellas.

Ese fidelismo, ese duartismo, sigue ahí. Se cobija en el PVEM. Lo encabeza Javier Herrera, el hijo de Fidel. Y van por la reconquista del poder.

Y con esa escoria hace alianza Rocío Nahle en su obsesión por gobernar Veracruz.

Y si tuviera que pactar con el diablo, va a pactar.

Archivo muerto

Andrés Manuel vuelve la mirada a Coatzacoalcos y Coatzacoalcos es un caos. Viene Andrés Manuel y el hedor sigue. Los drenajes se desbordan, las calles crujen y la oscuridad domina amplios sectores porque el alumbrado público es, literalmente, un asco. Llega López Obrador el viernes 17. Viene a constatar que lo imposible es posible.

Que lo que le dicen, lo que lee, lo que le cuentan, es real. Y la inmundicia en el feudo político de Rocío Nahle es tangible y el olvido de gobierno es el sello de la Cuarta Transformación. Huele a podrido todo y más aún el palacio municipal. Se sabe del dispendio. Se filtran las corruptelas. Se acreditan las trapacerías con los dineros públicos, con licitaciones fraudulentas, con adjudicaciones que violan la ley. Y el reyecito de palacio, el susodicho Amado Cruz Malpica, presidiendo el agandalle. Y fuera de palacio, el clamor del pueblo, los que gritan y los que protestan, los que se quejan y los que reclaman. Y en el tobogán, Morena deslizándose a velocidad vertiginosa hacia abajo, siempre hacia abajo.

Viene López Obrador para, con su palabrería que ya no convence más que a los imbéciles, atenuar el hedor, el caos, el desastre en que el alcalde Amado Cruz Malpica tiene a Coatzacoalcos, el feudo de la la zacatecana —ojo, ZA-CA-TE-CA-NA—, Rocío Nahle… Para Gladys, su reinstalación y 4.5 millones de pesos. Destituida sin razón legal, Gladys de Lourdes Pérez Maldonado finalmente doblegó al Congreso de Veracruz. La justicia federal otorgó el amparo que le concede regresar a su cargo de magistrada en el Poder Judicial estatal y cobrar salarios caídos. Y más que eso, enmendarle la plana a la pandilla de Cuitláhuac García y Juan Javier Gómez Cazarín, gobernador y líder de la pandilla morenista en la Legislatura. Han atropellado a quien se les atraviesa en su camino. Han destituido magistrados a placer. Han embestido y sometido a jueces, orillándolos a emitir vinculaciones a proceso donde no hay razón, a dictar sentencias contra inocentes, a vulnerar los derechos de las víctimas, a ser jueces de consigna.

A Gladys Pérez Maldonado la destituyó el Congreso de Veracruz —una más de las burradas de Gómez Cazarín—, el 7 de julio de 2020. Casi tres años después, la justicia federal le restituye los derechos, obliga a cubrirle 4.5 millones de pesos por salarios caídos y otras prestaciones, y por supuesto, tendrá que dejar el cargo la magistrada Alma Rosa Flores Ceballos, a quien impusieron como su relevo. Por la vía legal, el caso Gladys Pérez Maldonado les salió caro y humillante… Veracruz, cuarto lugar nacional en feminicidio, en 2022. Y noveno en violencia familiar. Y décimo en abuso sexual. Y lugar 17 en violación. Sólo le va “bien” en acoso sexual donde es último en el ranking nacional.

Es la estadística del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), retomada por el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (IGAVIM). Veracruz, pues, no es el paraíso que presume Cuitláhuac García Jiménez, el desgobernador que de sus yerros y abusos, omisiones y torpezas, culpa al pasado, al de al lado, al de enfrente, al de atrás, pero nunca admite que jodió a la entidad. Así tenía que ser. Si en su gobierno hay un marcado desprecio a la mujer, si se acosa a las empleadas, si se hostiga sexualmente a las mujeres policías, si se solapa a los acosadores y sólo se les cambia de cargo o adscripción, si las fiscalías congelan las denuncias o difieren la judicialización de los casos, Veracruz tenía que estar en el top ten del agravio a la mujer. Cuitláhuac se lo propuso y Cuitláhuac lo logró… La prensa, según el bombero de Amado, vende las notas. “No crean que la prensa está realmente preocupada por ustedes.

Ellos venden la nota, nada más”, dijo el bombero político, José Luis López Cabañas. Hablaba frente a un grupo que protestaba en la clínica 36 del Instituto Mexicano del Seguro Social, el 21 de febrero. No imaginaba que hubiera periodistas grabando. López Cabañas fue a sofocar el reclamo, asumiendo tácitamente las tareas del secretario de Gobierno, Andrés Rosaldo García, que no se empolva los zapatos ni acude a las protestas, detonándole los conflictos al alcalde Amado Cruz Malpica, al que increpan, lo sacuden y hasta suelen insultarlo. Pillado en la escena, López Cabañas de inmediato ofreció una disculpa.

“Sin generalizar”, apuntó, pero la metida de pata era irreversible. Seguro sabe que hay prensa que vende las notas. Seguro que se refiere a Diario del Istmo, de su admirada Mónica Robles de Hillman, en la que se refugió luego de salir trompeado del PRD y de la Delegación de Transporte Público, en tiempos yunistas, en la que sólo lo aguantaron siete meses. Seguro que sabe que el Clan de la Succión ha hecho una fortuna canjeando información por publicidad. López Cabañas es de los que suelen compartir la descalificación y el insulto que se vierten sobre los periodistas críticos, en redes sociales. Es un pirómano político. Si ese es el que apaga los fuegos, se entiende por qué el incendio en palacio no se termina de sofocar…

Pacto Yunes-Morena, pacto de cínicos

Lunes, 13 Marzo 2023 18:04

Abrazo y aplauso. Los Yunes y Morena. Elogio y halago. Y el pacto, vía Patricia Lobeira, sigue, así le hayan llamado “loco” y “viejo guango” a Andrés Manuel y así el obradorismo llene de vituperios a la estirpe de Miguel Ángel.

Sonríe a diente pelado Patricia Lobeira Rodríguez —Paty Yunes— y colma de palabras tersas el encuentro en San Juan de Ulúa, el Fandango de la Lectura, para terminar prometiendo el esfuerzo, la unión de los tres niveles de poder, obviando que un día López Obrador tildó de corruptos a los Yunes del Estero, definiéndolos como la “monarquía de la moronga azul” y así se les quedó.

Frente a Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente, Paty Yunes no come lumbre. Se dispensan un saludo y un abrazo. Y se ponen a leer.

A la señora de López Obrador le toca declamar a dúo, con Cuitláhuac García, el gobernador —qué privilegio—, el poema “Puerto”, de la autoría de Manuel Maples Arce.

A Patricia Lobeira Rodríguez, esposa de Miguel Ángel Yunes Márquez, se le incluye en el grupo de lectura “Canto Nuevo a Moctezuma Xocoyotzin”, alusivo al emperador azteca de triste final, repudiado por su pueblo, apedreado y asesinado por hincar la rodilla ante Cortés.

Se ve cómoda Paty Yunes en el encuentro en la fortaleza del Castillo de San Juan de Ulúa. Y se muestra más obsequiosa cuando el show concluye.

“Sigamos los tres niveles de gobierno trabajando en coordinación por el bien de Veracruz”, dijo la alcaldesa cuando la prensa la abordó.

“Es importante que nosotros como autoridades fomentemos y sembremos en los niños esa semillita para que se vuelvan lectores”.

Y envía media decena de imágenes del encuentro. Patricia Lobeira con Beatriz Gutiérrez. Patricia Lobeira con Cuitláhuac García. Patricia Lobeira sentada, feliz. Patricia Lobeira recorriendo los pasillos de la vetusta fortaleza que fuera último reducto español.

Aquel 28 de febrero, el yunismo se volvió a abrazar con Morena, el movimiento del “viejo guango”, del “loco”, como le decía y repetía a cada instante Miguel Ángel Yunes Linares en sus días de gobernador de Veracruz.

Sigue habiendo miel en el campo de guerra. Y Patricia Lobeira es la viva expresión del pacto.

No inquieta al yunismo que Morena, Cuitláhuac García y su círculo más cercano le hayan tumbado el triunfo y tuviera que recuperar la alcaldía de Veracruz en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Cuando era alcaldesa electa y aún no se conocía el fallo final, acudió al taller de “Capacitación Regional para Autoridades Municipales Electas”, ofrecido por el Órgano de Fiscalización Superior y celebrado en el Congreso de Veracruz, donde acaparó los reflectores. Fue un guiño de Morena.

Ya como alcaldesa, Patricia Lobeira recibió —febrero 28 de 2022— al secretario nudista del gobierno de Veracruz, Roberto Zenyazen Escobar García, para abordar la rehabilitación de escuelas afectadas por el abandono durante la pandemia de covid 19.

El 20 de abril siguiente, Paty Yunes expresó que buscaba tener un acercamiento con el presidente de México. Le plantearía el tema de obras para Veracruz puerto.

Al quinto día —abril 25— su deseo se volvió realidad. López Obrador, Patricia Lobeira y el gobernador Cuitláhuac García encabezaron el arranque de construcción de la planta cervecera Constellation Brands, que Andrés Manuel había saboteado, maniobró para cancelarle permisos en Tijuana, Baja California, logró que se instalara en Texistepec, al sur de Veracruz, y al final se concretó en la comunidad de Vargas, perteneciente al municipio de Veracruz puerto.

Tres meses después —julio 15—, tuvo reunión con López Obrador. Le planteó la restauración del Castillo de San Juan de Ulúa. No le llamó “viejo guango”, como lo categorizó su esposo, Miguel Ángel Yunes Márquez durante la campaña de 2018.

Dos días después —julio 17—, Andrés Manuel encabezó la ceremonia de inauguración de la planta Nestlé, en Santa Rita, congregación de Veracruz.

“Celebro el que se esté inaugurando esta fábrica de Nestlé; desde los primeros días de gobierno nos entrevistamos y se tomó el acuerdo de facilitar trámites para que este proyecto se convirtiera en lo que es ahora, en una fábrica. Ayudó el gobernador y la Presidenta municipal del Puerto de Veracruz”, dijo el presidente. Y la nuera del que le llamó “loco” estaba feliz.

Y ahora el show de San Juan de Ulúa con Beatriz Gutiérrez Müller leyendo poemas.

En política, la forma es fondo. Y cada encuentro lo rubrican con imágenes cordiales, sonrisas y abrazos y manos que se estrechan. Todo sea por Veracruz. El PAN-MOR, en todo su esplendor.

Y se indignan si les imputan que el pacto Yunes-Morena existe.

Y se desquician. Y dirimen la “ofensa” en los tribunales.

Que lo diga Bingen Rementería Molina, diputado local del Partido Acción Nacional, acérrimo enemigo del yunismo azul, acusado de violencia política de género por categorizar tanta miel como el pacto de los Yunes con el movimiento obradorista.

Lo acusó la senadora Indira Rosales San Román de incurrir en violencia política de género. Pero el Tribunal Electoral de Veracruz la bateó.

Bingen no es una panacea. Si puede —y por supuesto que puede— se pliega a la línea morenista. O se alía con Joaquín “El Chapito” Guzmán Avilés, confrontándose con los Yunes azules, a los que categorizan como nuevos avecindados en el PAN de la conurbación Veracruz-Boca del Río.

Pero las damas azules son intocables. O eso creen.

Una, Patricia Lobeira, acusó a la regidora morenista Virginia Roldán Ramírez por violencia política de género.

La otra, Indira Rosales, interponiendo juicio con Bingen Rementería por catalogar tanta miel entre el yunismo azul y Morena como un pacto.

La treta es burda. Si les dicen sus verdades, hay que aplicar la mordaza. Las demócratas azules son todo, menos demócratas.

Paty Yunes vive una luna de miel con Morena. Ya olvidó que le impugnaron su triunfo, que debió pelear en los tribunales, que enfrentó una elección de Estado, que a su esposo, Miguel Ángel Yunes Márquez, le tumbaron la candidatura a alcalde y lo inhabilitaron los órganos electorales y luego los tribunales por no acreditar residencia efectiva de cinco años.

Paty Yunes ya olvidó las balandronadas de Andrés Manuel. Olvidó que los etiquetó como “la monarquía de la moronga azul”; que al suegro le activó el expediente criminal de su paso por el ISSSTE, que está denunciado en la Fiscalía General de la República por el fraude con el sistema de videovigilancia; que Indira Rosales está imputada por desvío de recursos en Sedesol estatal.

Y los de Morena igual. Cuitláhuac, Zenyazen, Andrés Manuel y Beatriz Gutiérrez Müller no recuerdan que Yunes Linares le decía “loco” al hoy presidente, y que Miguel Ángel Yunes Márquez tildaba de “viejo guango” a López Obrador.

En San Juan de Ulúa se lee un poema, el del pacto de los cínicos.

Archivo muerto

Hay que darle su Prozac a Andrés Manuel. Lo desquició la metralla verbal de Nayeli Roldán, reportera de Animal Político. Lo hizo admitir que hay intervención telefónica a periodistas y activistas sociales, cercándolo, llevándolo al terreno del espionaje de estado, toreándolo, picándole la cresta, reventándole el show mañanero, desollando al fantoche que se ufana de ser un genio de la comunicación y no es más que un badulaque de rabietas seniles. Incólume, serena, sin caer en el juego de la diatriba, Nayeli Roldán habló del spyware Pegasus, usado para intervenir conversaciones de particulares, originalmente dirigido a transgresores de la ley, pero aplicado contra enemigos del gobierno en turno, adquirido en el gobierno de Felipe Calderón pero empleado en el de Enrique Peña Nieto. En 2019, pese a que López Obrador aseguró haber instruido que no se realizara espionaje a ningún ciudadano, el Ejército mexicano adquirió una nueva versión. Nayeli Roldán lo hizo trizas. Que si usaron Pegasus para espiar. Que si López Obrador lo autorizó.

Que cuál fue el marco legal en que se basó el espionaje. Que todo está acreditado con los correos del Ejército mexicano, hackeados por el colectivo Guacamaya. Que en su rol de comandante supremo de las fuerzas armadas —ja—, si estaría de acuerdo en pedirle al general Audomaro Martínez Zapata, director del Centro Nacional de Inteligencia (antes Cisen) que acudiera a la mañanera a explicar por qué se espió al defensor de derechos humanos en Nuevo Laredo, Tamaulipas, Raymundo Ramos. El presidente no respondía; balbuceaba. Y bramaba. Primero la negación: fue “investigación, que no espionaje, que es distinto”. Luego diría que fueron investigaciones, o sea espionaje, para salvar vidas. “¿Qué vidas ha salvado y cuál es el efecto de espiar a un defensor de derechos humanos y a los periodistas?”, le preguntó Nayeli Roldán. “Muchas”, dijo el mesiánico. Y viendo la metida de pata —porque si son “muchas” entonces hay muchos espiados—, repuso: “no, no, no, eso no, eso es otra cosa, no, no, no. Estamos hablando de la delincuencia”. Echaba espuma por la boca Andrés Manuel, el rostro descompuesto, y arremetía contra Animal Político, Reforma, Carmen Aristegui, acusándolos, por supuesto, de servir al conservadurismo.

Y lo del tema del general Audomaro Martínez, fue sublime: “Ustedes no van a poner la agenda. ¿Por qué? Tienen todos los medios para expresarse, manifestarse. Todos los días nos atacan. No hay objetividad. No hay profesionalismo. Es una prensa tendenciosa, vendida, alquilada, al servicio de los corruptos. ¿Por qué les vamos a hacer el caldo gordo a ustedes?. Con todo respeto”. Estaba fuera de sí. Y Nayeli Roldán le exhibió las pruebas del espionaje. No se enganchó con la diatriba. Nayeli Roldán coronó su gesta y dijo a las audiencias: “nada más recordar a la gente que nos ve, que el periodismo sirve a los ciudadanos y que nosotros publicamos pruebas”. Lo remató. Denle su Prozac al Peje. Cada día se le bota más fácilmente la canica… 

Llegó Pepe Yunes y sacudió a Rocío Nahle. “Sea o no candidato, Morena debe caer”, sentenció. Sea o no candidato de la oposición, dice Pepe, aunque el diputado federal por Coatepec, único priista que ganó su elección, trae un nivel de percepción ciudadana sobresaliente. Llegó y puso fuera de sí al alcalde Amado Cruz Malpica. Y más aún a la secretaria de Energía. Porque los vino a retar en su tierra —bueno, la de Amado por Nahle es de Río Grande, Zacatecas—. Pepe Yunes fue recibido el miércoles 8 y desde ahí describió los estragos que Morena le ha causado a Veracruz y concretamente a Coatzacoalcos. “Se detuvo el tiempo en Coatzacoalcos. Yo vine hace un mes y me llevé esa imagen. Coatzacoalcos tiene mucho deterioro, refleja inexistencia de la bonanza de sus mejores tiempos.

Tenemos que organizarnos para volverlos a traer, empleo, inversión, oportunidades, que haya en las mesas comida, en los bolsillos recursos, oportunidades para los jóvenes. Se nota que no está pasando eso aquí”, dijo a la reportera Elizabeth Aviña. Y agregó: “Coatzacoalcos es noticia nacional en materia de violencia. No se crean oportunidades de desarrollo y crecimiento económico y eso obliga a que se genere propuesta con soluciones completas y reales con un solo propósito, mejorar las condiciones de la gente y nadie mejor que nosotros sabe cómo hacerlo”.

Y hubo berrinche en la Sener y rabieta en el palacio municipal de Coatzacoalcos. Porque se los vino a decir en el feudo político de la zacatecana, que cada vez está peor. Con el rating que tiene, Pepe Yunes será un hueso duro de roer. A menos que los Yunes azules le echen ácido al pastel… Christopher Alan Santos tiene razón; su regidor, no. Christopher Alan Santos, líder de Movimiento Ciudadano, fustiga y embiste, describe un Coatzacoalcos olvidado, jodido, envilecido, fruto del desgobierno de Morena, de Víctor Carranza y Amado Cruz Malpica. Luis Gutiérrez, regidor de MC, sólo aplaude, caravanea al alcalde, alza la mano, oculta la dignidad y es, tácitamente, un edil morenista embozado. Christopher se engalla por el abandono en las colonias y por el uso irresponsable de las instalaciones deportivas, y por la exhibición de vehículos sobre la pista de tartán en el estadio Rafael Hernández Ochoa.

“No sé quién fue el pend… que autorizó esto. un estacionamiento de casi 20 mdp. Bravo, Dirección Municipal del Deporte Coatzacoalcos, Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo, A.C.”. Y días después lanzó el reto a que se utilice el 30 por ciento de lo recaudado por impuesto predial en obras propuestas por la ciudadanía, como ocurre en Tlajomulco, Jalisco, y en Monterrey, Nuevo León. En cambio, su regidor en Coatzacoalcos, Luis Gutiérrez, es la antítesis. Servil al alcalde Amado Cruz Malpica, todo le concede.

Es una voz mansa en el cabildo, un regidor de Morena vestido de naranja. Su máxima gesta fue la exhibición de globos de papel, traídos de San Andrés Tuxtla y presentados en el Parque Miguel Hidalgo. Fuera de eso, ni fu ni fa… ¿Quién es esa ex funcionaria municipal que le fue tan bien que ya fundó una financiera y viene haciendo el negocio de su vida? Tres pistas: usa fondos municipales, tiene el visto bueno del mandamás y los clientes provienen del sindicato…

Nadie cae, así, 41 puntos, a menos que se llame Amado Cruz Malpica, padezca apatía crónica, lo rodeen rufianes y hasta la mamá de un narcomenudista, y haya convertido a Coatzacoalcos en el purgatorio político de Rocío Nahle.

Se desliza en un tobogán de yerros, desatinos y titubeos, Coatzacoalcos a merced del hampa, capital de la extorsión y la imagen de un pueblo sin servicios, con drenajes desbordados, el hedor repugnante, la ciudad que literalmente se le deshace entre los dedos.

Y Mitofsky, que es severa, lo retrata como es: Amado Cruz Malpica ocupó el lugar 73 entre los principales alcaldes de México y la medición de febrero lo ubica en el sitio 114.

Si eso lo sacude, peor es saber que tiene mejor percepción ciudadana Carmen Medel Palma, presidenta municipal de Minatitlán, de extracción morenista, con todo y sus 50 días en huelga por un conflicto laboral, por la soberbia de quien despide empleados sin razón legal, por la intransigencia para hallar acuerdos. Y aún así, está mejor rankeada que Amado.

Carmen Medel pasó del lugar 41 al 77. Es una caída de 36 puntos. Y no le inquieta. Sigue embroncada con el pueblo, con comerciantes y locatarios de mercados, con los que se ríen de sus proyectos, los que la escuchan desairar a los tribunales que decretaron que la huelga es legal, los que ven sus fotografías trucadas —fotoshopeadas, le dicen ahora— simulando que tiene el don de la ubicuidad y anda lo mismo en las obras públicas que flotando en el espacio sideral.

El peor escenario lo tiene Fernando “El Pulpo” Remes, alcalde de Poza Rica, también de Morena. Perdió 49 puntos. Del lugar 33 se desplomó al 82.

Pero Coatzacoalcos es Coatzacoalcos. O era. Y Amado Cruz Malpica se suponía que tenía el kilometraje para volver a los días de esplendor. O se suponía.

Heredó un Coatzacoalcos bajo el dominio de Atila. Los bárbaros —los capos y sus sicarios— no sólo traficaban droga, robaban combustible, hurtaban petroquímicos, desataban el terror, vía el secuestro y la extorsión. Hacían algo más osado. Convivían con el poder político y económico. Si no tomaban la copa, sostenían encuentros intramuros. Y en esos aquelarres corría de todo. Y al decir de todo, era todo.

Dueña de la circunstancia, cuando requirió pactar, Rocío Nahle se entendió con Marcelo Montiel. De ahí llegaron los votos priistas para ser diputada federal de Morena por Coatzacoalcos y de ahí logró llevar a la alcaldía a su mancebo, Víctor Manuel Carranza Rosaldo.

Y el pacto incluía la sumisión del engendro político de Rocío Nahle al priismo. Así han convivido los del PRIMOR desde 2017, succionando el erario de Coatzacoalcos y dejando que la delincuencia disfrute su paraíso de sangre y miedo.

Rebasado por el crimen organizado, sacudida la sociedad por tanta inseguridad, balazos sin abrazos, Carranza solía dar una respuesta infame: difundía videos en que se le veía bailar La Iguana.

Y mientras, las oleadas de sangre sacudían a la población, los negocios eran baleados, campeaban las amenazas, los sicarios departían en cafés y restaurantes, impunes y haciendo vida social.

Y de pronto un hecho bestial: el plagio y homicidio de la empresaria Susana “N”. Tembló la tierra. Se estrujaron los corazones. Lloraron los hombres de bien.

Impublicables, las fotografías dieron la dimensión de la brutalidad de la delincuencia, malnacidos con una crueldad animal.

Y así comenzó el éxodo de capitales.

Y Carranza Rosaldo continuaba bailando como un poseído.

Y Rocío Nahle, impávida, dejando que a su feudo político se lo llevara el diablo.

Y Pepe Peña, marido de la secretaria de Energía, el príncipe consorte, supervisando que los contratos cayeran, que Polo Suárez los operara desde la Secretaría de Obras Públicas, que Mario Pintos pagara desde la Tesorería y que Miguel Pintos, su hermano, cuidara la cuenta pública desde la Sindicatura. Para eso llegaron al poder.

Reto titánico el que habría de venir. Disolver las heces, tapar el drenaje, borrar las huellas del cochinero del clan Nahle, sólo se le podía encargar a un hombre probo, de alma limpia, pasado intachable, que no repita los enjuagues del anterior.

No lo hallaron. Terminaron escogiendo a Amado.

Tuvo la visión de lo que no debía repetirse y se tiró a dormir.

Apoltronado en su silla, viendo pasar el tiempo, relajado, Amado Cruz Malpica no tiene la lucidez para restañar las heridas de un Coatzacoalcos abandonado, olvidado por el PRI, por el PAN y por Morena.

Aquellos que emprendieron la huida, agobiados e impactados por la violencia, víctimas de la extorsión, el secuestro, la amenaza, los balazos sin abrazos, ni remotamente ven cómo Morena pueda abatir la violencia brutal.

Y Amado en la babia, en la torre de cristal, todo un Zeus desde el Olimpo escuchando el canto de las musas, sin advertir los fuegos y los llantos, las tragedias y la ira de un pueblo que cuando puede, sin que haya un subalterno que lo impida, le reclama y lo enfrenta, lo señala y lo insulta.

Y así la debacle en el feudo político de Rocío Nahle, donde el clamor crece porque un año y dos meses después, Coatzacoalcos está en su peor nivel. Y Amado, queriéndolo o no, la está reventando.

Por eso, Mitofsky lo retrata con la frialdad de los números. La percepción ciudadana revela una caída descomunal, del lugar 73 al 114 en el ranking de los principales alcaldes del país. 114 de 150 presidente municipales.

Pero la encuesta trae algo peor. La aprobación de Amado es de 39.4 por ciento; el rechazo, 54.7, y los que no saben qué opinar, 5.9 por ciento. Más de la mitad de los encuestados lo desaprueban.

En la esquina opuesta de esa medición se hallan Patricia Lobeira, de Veracruz, en el lugar 5 nacional; Juan Manuel de Unanue, sitio 6, ambos del Partido Acción Nacional, y Juan Manuel Diez, del PRI, en la posición 11.

Maquillar tal desastre requería una encuesta a modo. La de Demoscopía Digital le vino bien. Ubicó a Amado Cruz Malpica en el cuarto lugar entre 212 alcaldes veracruzanos.

La encuesta es tan creíble que el “Pulpo” Remes, de Poza Rica, es el mejor rankeado. Le siguen Ricardo Ahued, de Xalapa, y la panista Patricia Lobeira, de Veracruz. Nada que ver con la de Mitofsky.

Las vejigas en política son el último recurso cuando el naufragio es inminente. O cuando la realidad mata el discurso. O cuando una ciudad se cae a pedazos. O cuando el alcalde no termina de despertar.

Nadie se cae 41 peldaños así. A menos que se trate de Amado Cruz Malpica.

Archivo muerto

El modus operandi lo dice todo. A Alexis Sánchez García lo ejecutó el crimen organizado. Queda saber si fue por broncas propias o por los enredos non sanctos de su jefe, el llamado Carón, Juan Javier Gómez Cazarín, líder de la banda morenista que regentea el Congreso de Veracruz. Cosido a balazos, Alexis Sánchez dejó la vida en el interior de automóvil. Murió su hijo de tres años. Quedaron malheridas su esposa y otra dama. Y Tezonapa, donde acudía a la celebración de los 50 años de servicio de la refaccionaria Barranca Seca, negocio de su familia, se cimbró. Había militado en Movimiento Ciudadano. De ahí pasó al Partido de la Revolución Democrática y luego se acomodó en Morena aunque ahora lo niegue el gobernador, Cuitláhuac García.

Así saltaba Alexis, usando a los partidos políticos. Se acoderó en el regazo de Gómez Cazarín, siendo asesor, primero, y director de Servicios Legislativos del Congreso, más tarde, su beca pues en realidad operaba para El Carón. Y como todo lo que toca Gómez Cazarín lo pudre, el domingo 5, un comando lo asedió, persiguiéndolo de carro a carro.

Se impactó contra dos motocicletas, golpeó un vehículo, le dieron alcance y lo acribillaron. Y Gómez Cazarín ya no duerme. Y el desgobernador Cuitláhuac García Jiménez, apenas si habla. Tan parlanchín cuando se trata de enlodar a los enemigos, tan insidioso al criminalizar y revictimizar a los adversarios y a los inocentes, y ahora dice que la información se reserva. ¿Por qué Alexis Sánchez y no Gómez Cazarín o el mismo Cuitláhuac? ¿Por qué en Tezonapa donde los malosos de Oaxaca osaron operar en suelo veracruzano y el gober los encarceló, uno de ellos diputado local y el otro, su hijo? La lumbre comienza a llegar a la élite de Morena en Veracruz. Y cuando dejen el poder, los van a encontrar hasta en el fin del mundo. ¿Quién sigue?… Cruje el ayuntamiento de Coatza y va a crujir más. Se fue Uma Freya Cortés Román, directora de Comunicación Social, más por sus temas personales y la grilla de la recua amadista que por las tareas propias de su encargo.

Inexperta en esas lides, nunca entendió que el vocero es y será siempre el pararrayos del alcalde. Se enfrascó en dimes y diretes, pleitos estériles, regateo hasta por una invitación o un comentario. Fue vencida por la banda de los amigos-enemigos del presidente municipal, los que lo adulan y a la vez le ensartan el puñal en la espalda, los que ansían la vocería como si a estas alturas del desastre les sirvieran sus dos neuronas para recomponerle la imagen al alcalde Amado Cruz Malpica y que no termine siendo peor que su antecesor, Víctor Manuel Carranza Rosaldo… Se va de Obras Públicas, Onésimo Mendoza Flores. Su salida era inminente. Denunciado por la Sociedad Mexicana de Industriales Transformadores de la Construcción (SMITC) en el sur de Veracruz, por licitaciones amañadas, obras a cambio de sobornos, extorsión a constructores y nepotismo, el director de Obras en el ayuntamiento de Coatzacoalcos ya vivía horas extras ahí. Lo investigaba la Contraloría municipal y ante el cúmulo de pruebas, el próximo martes 15 emitiría una resolución lapidaria. Onésimo Mendoza Flores y su hijo Víctor Manuel Mendoza Villegas, a quien colocó como supervisor en la Subdirección de Construcción, tendrían que irse. Amado Cruz, que nunca tiene prisa —y si la tiene, la disimula—, esta vez aceleró la remoción.

Mejor que haya sido por decisión propia y no que tuviera que irse por corrupción y violación a la Ley Orgánica del Municipio Libre. El tema, sin embargo, no concluye con el cese de Onésimo Mendoza. La (SMITC) va por la cabeza del director general de Obras Públicas, Arturo Delgadillo Medina, cerebro —bueno, así se dice— de todos los cochupos habidos y por haber en el área de obras. Si la Contraloría lo encubre, su caso irá a la Fiscalía Anticorrupción… 

Filosa y tajante, la guillotina alcanzó a Noé García Joffre y Reyna Gordillo. Al secretario particular del alcalde Amado Cruz Malpica lo traía entre ceja y ceja por un tema personal. Pero García Joffre milita en la cuadra de Rocío Nahle y tendrá a su cargo la operación de la campaña a gobernadora, si es que Nahle logra llegar. Y a Reyna Gordillo, directora de Alumbrado Público, la cesó sin mediar, oficialmente, una razón. Amado desayunó gallo este miércoles 8 y asestó el puñetazo en el escritorio, como debió haberlo hecho en la Tesorería municipal donde los enjuagues van desde las adjudicaciones directas fuera de norma, contratación por honorarios de 40 mil pesos al mes y hasta el escándalo de la deuda pública del ayuntamiento que con Morena se disparó como si el espíritu de Javier Duarte habitara en la piel de Amado Cruz Malpica, o en la Secretaría del ayuntamiento donde el reyecito municipal, Samuel Ordaz Ortega, es más bluff que sustancia, donde las funcionarias funcionan pero como empleadas suyas y los narcos aguardan a que les facilite traer otro espectáculo de rodeo. O sea, una sacudida para que todo siga igual… Si de gastar —y derrochar— se trata, no hay como el ayuntamiento de Coatzacoalcos.

Al despacho Maldonado y Ramírez Servicios de Consultoría, vía su representante Imelda Eunice Ramírez Viveros, le asignó un contrato por casi 800 mil pesos por dictaminar si el gobierno del ex alcalde Víctor Manuel Carranza Rosaldo cumplió con los pagos al Instituto Mexicano del Seguro Social en 2021. El contrato CC-AD-009-2022, suscrito por el alcalde Amado Cruz Malpica y la síndico, Ana Bertha Hernández Aguilar, señala las obligaciones del despacho contable, cuyo dictaminador es Narciso Valencia Sánchez: aviso de dictamen para efectos del IMSS; formulación del dictamen en materia de seguridad social y sus anexos; opiniones emitidas por el contador público autorizado derivadas del dictamen, y presentación del dictamen en materia de seguridad social por parte del patrón, sujeto obligado o municipio. Y en cuatro meses Maldonado y Ramírez Servicios de Consultoría se llevó la nada despreciable cifra de 672 mil 413.80 pesos más IVA, algo así como 779 mil pesos. “Es una m.mada”, refiere un contador público consultado. “Es un trabajo que puede realizar el área contable del ayuntamiento”. El “servicio” se realizó entre el 30 de abril y 29 de julio de 2022. ¿Hubo tráfico de influencias? ¿Negocio para los “santos elegidos”? Por cierto, se pagó con recursos federales…

Otro tanto y Coatzacoalcos será La Habana veracruzana, maloliente, atrapada en el olvido, edificios derruidos, un monumento al escombro, el reducto donde fraternizan las ratas de drenaje, las ratas del bajo mundo y las ratas del poder.

Andan sucias las paredes, despintados los negocios, techos desplomados, la varilla revestida de óxido que emerge reventando el concreto, la mitad de los inmuebles del célebre malecón costero hechos una desgracia, invitando a los dueños del dinero a alejar la inversión.

Y no hay gobierno ni alcalde. No hay Amado Cruz Malpica ni grupos de poder que atenúen la caída, el desplome, el camino al precipicio. Nada que retenga los capitales en fuga, o que endulce a los que incentivan la empresa y generan empleo.

No hay voluntad ni idea. No hay imaginación porque la está apuesta en preservar los negocios del clan Nahle, los de la banda Fosado, los del gang Samuel, los enclaves de Marcelo Montiel y sus alfiles, y los de las otras pandillas, las bandas criminales que han impuesto su ley.

Del “emporio petroquímico de Latinoamérica” nada queda. Pasó a ser el “emporio de la extorsión”.

De la “ciudad para vivir siempre” devino en “ciudad para vivir nunca”.

Aquel malecón, orgullo de todos, motor económico, con el gentío atestando los antros o los jóvenes en las banquetas y en los camellones, en los cofres de los autos, la música a todo lo que da, y miles de turistas generando una derrama inmensa de dinero, dejó de existir.

Hoteles cerrados, locales en renta, negocios despintados, oxidados, a punto de venirse a tierra sin que alguien, siquiera por piedad, les dé un brochazo o conmine u obligue a sus dueños a enmendar la dejadez. El espectáculo es deplorable.

Y sus calles destrozadas, losas levantadas, el pavimento en fragmentos. Y los colonias del “emporio petroquímico de Latinoamérica” con calles de tierra, canales con heces a cielo abierto, alumbrado infame y el riesgo de terminar la vida con una daga en el vientre o un disparo en la sien.

Y el alcalde y su cabildo de mayoría morenista, y los ediles cómplices de la oposición, sin un gramo de inteligencia para revertir el caos. Amado y su corte en plena inacción.

En los días en que reinaba el PRI, Coatzacoalcos inició su debacle. Y llegó Morena, y llegó Víctor Carranza, y llegó Amado, y lo terminaron de hundir.

Hoy, se derrocha en un cantante de otros tiempos, Mijares. Se tira la casa por la ventana con una celebración por los 500 años de la fundación de la Villa del Espíritu Santo, que ocurrió en otro municipio, Ixhuatlán del Sureste, en la margen contraria del río Coatzacoalcos.

Habrá circo en Semana Santa. Santo y pecaminoso circo en los días de guardar. La Expo Feria-mercado que por tres años, por pandemia, no se pudo realizar, será la palanca para entretener.

Todo sirve como cortina de humo mientras el presupuesto se ejerce a medias o se deja de ejercer, Se reduce el monto. Se cancelan 100 millones de pesos destinados a sanear el basurero de Las Matas. Hubo tijera en obras públicas. Y el 29 de diciembre, dos días antes de concluir el año, el presupuesto se redujo de mil 542 millones de pesos a mil 455.

Hace agua el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Un año y dos meses perdidos, sin obra pública decente, con una lucha intestina en la que el priismo en nómina se deleita jodiendo a Morena, y los petroleros de Nahle a los políticos, y una pandilla de Morena hostigando a otra pandilla de Morena, y la ciudad devastada, hundida por el olvido, la inmundicia, la basura, el hedor.

Y el acertijo es: ¿en qué cuenta fueron a parar los millones recortados? ¿O terminaron en la cuenta del Pejesapo de aguas hediondas, parafraseando a Jaime Bayly, vía los subejercicios, miles de millones en el bolsillo del zafado de palacio nacional?

Porque si la uña larga no es la de Amado Cruz Malpica, el alcalde que no se ve, ni se siente, ni parece que existiera, entonces los ladronazos son los beneficiarios de su gobierno, las ratas de dos patas que integran su corte de albañal, drenaje pues.

Porque el secretario del ayuntamiento, Samuel Ordaz Ortega, señalado de hacer trinquete y de transar hasta a los narcos, no habla, no replica, no gime, no puja, no se sabe defender.

Y qué decir de las obras chuecas del director general, Arturo Delgadillo Medina, y su director, Onésimo Mendoza Flores, acusados por la Sociedad Mexicana de Industriales Transformadores de la Construcción (SMITC) en el sur de Veracruz de pedir sobornos para asignar contratos, y de incurrir en un caso de nepotismo por tener contratado a Víctor Manuel Mendoza Villegas, hijo de Onésimo Mendoza, en una posición clave contraviniendo la Ley Orgánica del Municipio Libre.

Redondea la ecuación la tesorera Grace del Carmen Mendoza Chesty —Grace sin gracia— disparando contratos, vía asignación directa, pagando 2 millones de pesos por la elaboración del Plan Municipal de Desarrollo a un respetado economista, Rafael Vela, quien fuera subsecretario de Desarrollo Regional en el gobierno del panista Miguel Ángel Yunes Linares, enemigo jurado del presidente Andrés Manuel López Obrador. O sea, Morena enriqueciendo al yunismo azul.

Se hunde Amado y sus allegados le ayudan. Se trenzan en una cruenta batalla donde el priismo en nómina, el marcelismo que realizó la operación que llevó a Morena a ganar la alcaldía, el marcelismo y el joaquinismo, le arrebatan espacios al morenismo inexperto.

Como apunta el manual de los sótanos del poder, la golpiza debe venir de adentro. Y las redes destrozan a Amado, a su familia. Los de Nahle, los de Marcelo, los allegados al secretario del ayuntamiento, Samuel Ordaz, todos dinamizando la felpa, acusando incluso de fraude a Raziel, el hijo del alcalde, en contubernio con la ahijada incómoda, Maritza Mijares Díaz, directora de Turismo Cultural, con el logo de los 500 Años de la Villa del Espíritu Santo, la trama del diseñador fantasma.

Desde los sótanos de palacio, le atizan a ediles y funcionarios. Chuy Martínez, ex diputado local, suplente de Cruz Malpica en su última incursión en el Congreso, y Samuel Ordaz, señalados de orquestar la difusión de un video que le saca sus trapos a la vocera del alcalde, Uma Freya Cortés, que también se las trae.

Desde esas mazmorras políticas se urdió el ataque a los hijos del alcalde, tildándolos El Cártel de Amado, implicándolos en negocios con el erario, enriquecimiento y cosas peores. Es fuego amigo de alta intensidad.

Y no hay quien los frene. Es un motín a bordo. La tripulación del barco, los alfiles de Nahle y los de Marcelo, ven que no hay piloto y han iniciado el asalto. Y Amado, petrificado o apático, como es, no percibe que el naufragio ya comenzó.

Hay fuga de capitales, negocios cerrados. Hay mpresas que dejaron de operar, amedrentadas por bandas delincuenciales. Bombas molotov, fachadas baleadas, amenazas de muerte, ejecutados en colonias, cinco crímenes brutales en dos meses y días. Es Coatzacoalcos bajo el poder de Morena.

Hay reclamos airados y protestas ciudadanas, gritos e insultos contra el presidente municipal, y Amado Cruz pasmado, sin un equipo que hable, que ataje, que negocie, que dé respuesta.

Se suponía que 30 años después de ser diputado federal ya había aprendido la lección. Pero no.

Se empeña en que Coatzacoalcos sea La Habana veracruzana, sin economía, extraviado en el tiempo, edificios derruidos, paredes despintadas, el óxido como signo del abandono y la dejadez.

Un reducto donde fraternizan las ratas de drenaje, las ratas del bajo mundo y las ratas del poder.

Archivo muerto

Disipados los polvos del caso Tesla, Lobeira y Eusebia ya no volvieron a hablar. Han de estar evaluando la embarcada, la tomada de pelo, el salto al vacío, ofreciéndole a Tesla, a su dueño, Elon Musk, las perlas de la virgen y los frutos del paraíso. En Veracruz puerto, decía la alcaldesa Patricia Lobeira de Yunes Márquez, hay agua, experiencia, zona portuaria; en Coatzacoalcos, vociferaba Eusebia Cortés Pérez, su ilustrísima diputada local, hechura de Rocío Nahle, la matrona de Energía, también hay agua, la zona del Istmo de Tehuantepec, el puerto de Coatzacoalcos y a hora y media, el puerto de Salina Cruz, y la zona industrial.

Qué papelón. Ni el mismo Andrés Manuel López Obrador sabe que la fabricación de un auto eléctrico Tesla requiere sólo tres metros cúbicos de agua. Ese argumento fue una falacia del mesiánico de palacio. El factor agua lo usó para intentar tumbarle a Nuevo León y a su gobernador, Samuel García, la campanada de que la planta de Tesla se instalara ahí. O lo usó para extorsionar.

En Nuevo León, la industria sin termoeléctricas usa el 1.9 por ciento del agua total. Tesla, con una producción de 150 mil vehículos al año, como lo que genera en la planta de Austin, requiere el .01 por ciento del agua tratada. Si la meta es producir un millón de autos eléctricos anuales, el requerimiento es de 0.7 por ciento del total de agua de Nuevo León. Un dato adicional: el sector que mayor consumo de agua requiere en el estado regio. es el agrícola con el 30.27 por ciento. La industria no es el problema. Información del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). Mientras, la alcaldesa de Veracruz, Paty Yunes, y la diputada por Coatzacoalcos, Cheva Cortés, ya hicieron el ridículo… 

Megacontrato a Grupo Raudales por 345 millones de pesos. Tiene a su cargo la construcción de la vía férrea de casi 40 kilómetros para acceder al nuevo puerto multipropósito de Pajaritos, de acuerdo con el portal BN Américas que sustenta su información en Compranet. Grupo Raudales va en asociación con Irving Campos González, tal como consta en el sitio electrónico Compranet. Tanto afanarse por ganar un contrato en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, sin lograrlo, y a la compañía de Daniel Aguilar Avendaño, ex secretario de Obras Públicas en el ayuntamiento de Coatzacoalcos le fue mejor con el gobierno federal. Dejó los centavos y se llevó los millones… Guste o no, Martha Fernández es la priista más identificada con el proyecto de Pepe Yunes Zorrilla-Cirilo Vázquez Parissi de cara al 2024. No requiere veijgas para flotar. Pese a todo y a todos, sus detractores dentro del mismo PRI, mantiene una ayuda constante en sectores olvidados.

Opera en el proyecto para conformar bases de apoyo al ex alcalde de Cosoleacaque, Cirilo Vázquez Parissi, a quien por lo menos dos columnistas de la talla de Edgar Hernández, autor de Línea Caliente, y Arturo Reyes Isidoro, titular de Prosa Aprisa, dan por hecho que será el relevo de Marlon Ramírez Marín en la presidencia del PRI en Veracruz. Y de tiempo atrás Martha Fernández apostó por Pepe Yunes para que sea el candidato de la alianza opositora por la gubernatura de Veracruz en 2024.

Mientras, la empresaria construye puentes de diálogo con las fuerzas políticas al interior del PAN y PRD que se identifican con el diputado federal por el distrito de Coatepec, único priista veracruzano en San Lázaro, ex senador de la República, ex líder estatal tricolor, ex diputado local y ex alcalde de Perote, la tierra que lo vio nacer. En esa línea va Martha Fernández, una cara nueva en el PRI, a propósito de aquello del relevo generacional…  Caciquín en ciernes, Gersaín Hidalgo practica el esclavismo sindical. Un día le pide a los integrantes del Sindicato de Empleados al Servicio del Municipio de Coatzacoalcos ir a barrer calles y embellecer camellones.

Luego “invita” a su gremio a realizar “labor social” en las instalaciones de la Expo Feria. Usa la jerga de los caciques petroleros de antaño. Le llaman “labor social” al trabajo forzado, en día de descanso, sin obligación legal. Lo categoriza como “voluntario” cuando los empleados del SUEM saben las consecuencias de ir contra el capricho del amo sindical. Así actuaban los caciques petroleros y terminaron mal, granjeándose en repudio, la ira, el rencor de los suyos. Cuando cayeron —algunos en prisión— todo fue felicidad…